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5 claves para ser felices

El doctor en Psicología Positiva, Tal Ben Sahar, judío, vino recientemente a México a dar una conferencia a empresarios sobre la Ciencia de la Felicidad. Mencionó que los cuatro países más felices son: Israel, México, Australia y Costa Rica. En resumen, diremos que dio cinco claves para ser felices. 

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1) Hay que “darnos permiso” para ser humanos, sólo los psicópatas no sienten emociones.

Hay que expresar las emociones a través de la conversación y a través del deporte. Si sentimos envidia, hay que aceptar que tenemos envidia, o miedo, eso es humano; pero no hay que obsesionarse con eso porque se acentúa. Darnos permiso para ser humanos es la base del pilar más importante para tener una vida plena y feliz. Las mujeres reprimen más el enojo que los varones; los hombres reprimen el miedo.

Este doctor asegura que, si tratamos de evitar las emociones dolorosas, éstas se intensifican, y explica que las emociones dolorosas son parte de la naturaleza humana, como la Ley de la Gravedad es parte de la naturaleza física.

2) Manejar el estrés. Cuando hay mucho trabajo se intensifica el estrés.

Con el estrés el sistema inmunológico se debilita. En 1960 el estrés comenzaba a los 29 años, ahora comienza a los 14. Con el estrés la gente pierde creatividad. Para bajar el estrés puede ser conveniente apagar el celular durante los ratos de convivencia familiar y lo mismo en el lugar de trabajo. El estrés no es malo, puede ser dañino si no se toman recuperaciones a través de poner intervalos. En el siglo XXI todo mundo anda estresado, por lo tanto, hay que programar la recuperación a lo largo del día, a lo largo de la semana, del mes, del año y de toda la vida.

La micro-recuperación se ha de dar cada 90 minutos. Es decir, hay que tomarse de 5 a 15 minutos para dejar de hacer lo que se hace y respirar, tomar agua, caminar o leer algo diferente, o hablar.

La recuperación mediana se da cada siete días. Otra opción buena es tomar un día libre durante la semana. Dios lo tomó y descansó al séptimo día. Al menos tomamos medio día para hacer algo diferente, como ir a un lugar, dormir o estar con amigos.

La recuperación macro se da dos veces al año. Hay un parón de varios días en los que descansamos.

3) Haz ejercicio físico al menos tres veces a la semana, 35 minutos.

Una gente que se mueve es una gente más feliz. El ejercicio que lleva más felicidad es el que lleva música como el baile. El ejercicio evita el Alzheimer. Hay una conexión entre mente y cuerpo. Últimamente se ha hecho mucha investigación sobre las bondades del ejercicio físico para el bienestar integral de la persona. En una de ellas, se escogieron 156 personas con depresión y se vio que mejoraban si hacían al menos 30 minutos de ejercicio tres veces a la semana. El ejercicio ayuda a combatir la depresión si se uno se lo toma en serio como una terapia de recuperación.

Es más: No hacer ejercicio es como tomar un depresivo. El ejercicio, además, disminuye la obesidad. El ejercicio ayuda a que hagamos más conexiones en nuestro cerebro. En las escuelas, el ejercicio reduce el nivel de violencia y de bullying y aumenta el rendimiento escolar. En los adultos el ejercicio diario retrocede el declive y la incidencia de enfermedades mentales. Funciona en la ansiedad, en el trastorno de pánico y el estrés en general. Genera la liberación de neurotransmisores que son muy similares a los medicamentos psiquiátricos. También ayuda mucho respirar correctamente; inhalar y exhalar lentamente. Cuando estamos estresados la respiración se vuelve ligera y se vuelve una espiral, por eso hay que fomentar la respiración profunda, lenta, al menos 3 ó 4 respiraciones profundas cada día, al despertar, antes de trabajar, antes de comer y quizás ante el semáforo en rojo. Si tuviera que dar un solo consejo diría: aprende a respirar correctamente.

4) Enfocarnos en las relaciones interpersonales, familiares y de amistad.

El Continente más feliz es América Latina porque hay más interacción social; las personas se asocian a un club, a una parroquia, a un equipo. Para ser felices se necesita un propósito en la vida, interacciones cara a cara y valores. Dar da felicidad: dar una sonrisa, abrir la puerta, dar algo a un necesitado. Hay una relación etimológica entre crear y recrear. Debemos participar en actividades recreativas si queremos estar en nuestra mejor forma.

5) Expresar gratitud.

Escribir cada día cinco cosas por las que estamos agradecidos: casa, comida, agua, amistades, trabajo, descubrimientos. Agradecer algo pasado trae muchos beneficios. El que aprecia las cosas, las agradece. Tenemos muchos “tesoros de felicidad”, y a veces no los apreciamos. “Apreciar” significa estar agradecido por un bien físico o espiritual. Cicerón dice que ser agradecido es una de las virtudes de más categoría. Otro significado de “apreciar” es aumentar el valor. Hay que apreciar una caminata, un respiro, un alimento, a un familiar, a la persona que está cerca, en una palabra: lo ordinario. Hay que cultivar el hábito de la gratitud cada día. Escribir cada noche cinco cosas por las que estamos agradecidos, sean pequeñas o grandes. Cuando apreciamos todo, todo se convierte en un milagro.

Hay muchos estudios de la relación entre el dinero y la felicidad. El dinero es un indicador muy pobre de bienestar, excepto en los extremos; es decir, si una persona no tiene ni para comer y le dan un trabajo bien pagado al mes, va a mejorar su bienestar; pero para una persona que tiene sus necesidades básicas cubiertas, el dinero no le da la felicidad. Hay que dedicarle tiempo a lo que realmente vale la pena y provoca alegría: la familia y los amigos. ¿Cuánto tiempo pasamos con las personas que nos importan y a quienes les importamos? ¿Tomamos ese tiempo para disfrutar, apreciar, amar y ser amado?… Es lo básico y lo más sencillo, y ¡cuánta falta hace en nuestra cultura actual!

Nuestros antepasados eran más felices.

Los beneficios de la meditación o de la oración son inmensos. Rezar baja la ansiedad –cada uno de acuerdo a su religión, si la tiene–, el sistema inmunológico se hace más fuerte y mejora el humor. Además hay más actividad prefrontal y, si se hace por más de dos meses, el cerebro se transforma.
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Rebeca Reynaud

Written by Rafael de la Piedra