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La «pimpinela escarlata» del Vaticano

Llegan a Roma los familares de Hugh O’Flaherty, el religioso irlandés que, durante la guerra, salvó a 6500 personas de los nazis: recorrerán los lugares de la historia de su heroico pariente

ANDREA TORNIELLI
CITTÀ DEL VATICANO

Se ganó el sobrenombre de “pimpinela escarlata” del Vaticano y su historia se volvió más famosa en 1938, gracias a la película “The Scarlet and the Black”, interpretada por Gregory Peck. En Roma se preparan para recordar al padre Hugh O’Flaherty, el sacerdote irlandés que ayudó a miles de perseguidos para que no fueran capturados por los nazis durante la guerra. Sus familiares, en compañía de los del militar inglés Sam Derry que colaboró con el sacerdote en la empresa y que vivía con él en el palacio de Santa Marta en el Vaticano, estarán en la Ciudad Eterna del 8 al 12 de octubre y visitarán todos los sitios relacionados con la historia de O’Flaherty.

Nació en 1898 en el sur de Irlanda y durante la guerra de independencia irlandesa perdió muchos amigos, por lo que nutrió un fuerte sentimiento anti-inglés. Un sentimiento que superó completamente al ayudar a muchísimos soldados británicos durante los años de la Segunda Guerra Mundial. Fue ordenado sacerdote en 1925, después sería nombrado vicerector del colegio de Propaganda Fidei y entraría a formar parte del servicio de la diplomacia vaticana en Palestina, Haití, Santo Domingo y Checoslovaquia. En 1938 comenzó su servicio en el Santo Oficio y se trasladó al Colegio Teutónico, dentro del Vaticano. Deportista apasionado, jugaba golf y ganó algunos torneos de box. En los campos de golf de Ciampino conoció al embajador británico ante la Santa Sede, D’Arcy Osborne, que le habría ayudado a esconder, alimentar y ofrecer medis de transporte a muchos soldados aliados escondidos en Roma.

Después de la caída de Mussolini y del armisticio que firmó el gobierno italiano con los Aliados, miles de prisioneros ingleses y estadounidenses fueron liberados. Después de la ocupación alemana, muchos de ellos buscaron refugio en Roma y tocaron a las puertas del Vaticano. O’Flaherty salía cotidianamente frente al Arco de las Campanas para ayudar a los que tuvieran alguna necesidad. Gracias a la ayuda del príncipe Filippo Andrea Doria Pamphilj, del embajador Osborne y de otras personas, el sacerdote irlandés logró salvar la vida de más de 6500 personas (ingleses, estadounidenses, judíos y de otras nacionalidades). Le gustaba decir que «Good has no country» (“Dios no tiene nacionalidad”). Al final de la guerra, el padre O’Flaherty recibió la gran cruz del imperio británico y la medalla de honor del Congreso de los Estados Unidos.

Sus superiores sabían de sus actividades, y es difícil imaginar que el Papa Pío XII, Prefecto del Santo Oficio, no estuviera al corriente de lo que hacía el sacerdote irlandés, quien, además de esconder a muchas personas en el Colegio Teutónico, imprimía pasaportes vaticanos y permisos especiales para ayudar a los que necesitaban documentos.

El episodio más conocido de la vida de O’Flaherty sucedió en Roma en otoño de 1943. El corolen Herbert Kappler, comandante de la Gestapo en Roma, sabía de las actividades clandestinas del sacerdote irlandés e intentó matarlo en muchas ocasiones. Un día, O’Flaherty fue al palacio Doria Pamphilj, en la calle del Corsi, para que el príncipe le diera un poco de dinero. Los alemanes, al saber que se encontraba allí, rodearon el palacio. O’Flaherty se refugió en el sótano y, como había un hombre que estaba entregando el carbón para el invierno, se disfrazó de carbonero para salir del palacio y evitar a los soldados alemanes. Kappler se quedó en el edificio dos horas, tratando, en vano, de encontrarlo. Después de la guerra, O’Flaherty iba a visitar a Kappler una vez al mes a la prisión de Gaeta ylo acogió en la Iglesia católica. Poco tiempo después de volver a Irlanda, O’Flaherty murió en 1963.

Written by Rafael De la Piedra

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