LOGO

¿Tiene sentido tener fe hoy en día?
¿Dónde encontrar las respuestas a nuestras inquietudes más profundas?
¿Cuáles son las razones para creer?

Actor mexicano se convierte en Hollywood y denuncia "holocausto" del aborto

.- El actor Eduardo Verástegui, actualmente uno de los mexicanos con mayor éxito en Hollywood, se ha convertido en una de las voces más fuertes contra la despenalización del aborto en México DF. Se reencontró con la fe de sus padres en el lugar menos pensado del planeta, y no teme el rechazo del público al denunciar el holocausto del aborto sin tapujos.

Verástegui ha revelado sus convicciones pro-vida a varios medios mexicanos y ha creado una organización de ayuda en California para asistir a personas necesitadas, entre ellas a mujeres que buscan abortar. «Que se legalice el aborto en México no es ni mucho menos digno del espíritu del pueblo mexicano», sostiene.

En una entrevista concedida a la revista Hola, confesó sentirse «muy frustrado por lo que está pasando en México hoy en día. Creo que hay una manipulación tremenda en la información que se le está dando al pueblo mexicano. Las leyes no pueden basarse en una mentira, porque el aborto es un crimen. Es un hecho, es algo científicamente demostrado».

Para el actor y productor, el aborto «es un holocausto terrible en el que están muriendo legalmentemillones de inocentes… Algo tan grave, tan profundo, que va incluso más allá de cualquier filosofía o religión».

No hay pretextos

Verástegui sostiene que no hay justificación alguna para el aborto. «Las mujeres que hagan lo que quieran con su cuerpo… pero ¿y el bebé?, ¿qué pasa con el cuerpo del bebé, que no tiene voz y no puede defenderse? Hace cien años podía haber dudas, solo la fe podía alcanzar a pensar que había vida desde el momento de la concepción. Pero hoy en día es algo científicamente demostrado, no hay duda«.

Desde su propia experiencia, considera que «la mayoría de las mujeres que llegan hasta ahí no quieren hacerlo, Es algo totalmente antinatural. He visitado algunas clínicas y cuando platico con las muchachas, la mayoría llega aconsejada por hombres, casi ninguna quiere hacerlo, pero tienen miedo, están asustadas, se sienten solas y sin recursos. Hay que pensar en ayudarles nada más. Hay que ayudarles a ver otras opciones».

El actor deplora justificar el aborto en casos de malformaciones congénitas. «Si empezamos a pensar así, en un momento volvemos al régimen de Hitler. Te mato porque no estás lo suficientemente sano. ¿Qué es eso? El valor del ser humano, de la vida, no está en que seas guapo o listo, o retrasado y cojo. No hablamos de una raza sana, hablamos de la dignidad del ser humano, de la vida. Esa es la verdadera cuestión. Es una manipulación para discutir lo que por principio es indiscutible«.

Tampoco cree que el aborto resuelva el drama de una mujer violada. «Hubo un error muy grave por parte de alguien. Pero para arreglar un error no se comete otro error para taparlo. No puedes hacer o sufrir algo malo y pagarlo con algo peor. Si a algo malo le sumas otra cosa mala, el resultado no va a ser nunca paz y alegría, va a ser algo peor aún», asegura.

El actor no tiene reparos para llamar «carnicero» al médico que practica abortos. «Porque él sí estudió, fue a la escuela, sabe lo que hace, hizo un juramento de defender la vida y ahí hay vida y él la está terminando, él mete las tijeras y corta cabezas», explica.

A aquella mujer que considera el aborto le pide «que no lo haga, que dentro de su vientre hay un bebé que se muere de ganas de tocar sus mejillas, reírse, decirle mamá y quererla con toda el alma. Que ya existe una vida que está creada para una misión. Que no es de ella, aunque venga a través de ella. Que no es justo bloquearle la visión y el camino. Que recuerden las sabias palabras de la madre Teresa de Calcuta. Que en el aborto hay dos crímenes, el del hijo y el de la conciencia de la madre, y yo digo como ella, que los bebés que no quieran, te lo juro, que me los den a mí».

Su conversión

Verástegui, de 33 años de edad, saboreó la fama a temprana edad y en los últimos años logró un sitio en Hollywood. Su más reciente película «Bella» cosecha las críticas más positivas.

El actor confiesa que por mucho tiempo buscó la felicidad en la fama y el éxito pero al cabo de varios años de perseguir este sueño se dio cuenta que estaba «vacío».

«En mi búsqueda por saber qué había más allá de todo este vacío, empecé a cuestionarme las grandes preguntas que todo el mundo se hace alguna vez en la vida: ¿Qué hago en este universo?, ¿de dónde vengo?, ¿a dónde voy?, ¿qué sentido tiene todo esto?… y en esta búsqueda empecé a frecuentar otro tipo de gente, otro tipo de ambiente».

«Me di cuenta que había sido un egoísta. Que las cosas que me habían hecho avanzar como un ciego eran la vanidad y la soberbia. Vivía en una contradicción constante: quería hacer cosas buena y no las estaba haciendo», sostiene.

Asegura que se ha hecho algunas promesas, «no volvería a hacer nada que contradijese mis principios morales y nada que malrepresentara a mi gente, a los latinos, ni en el cine, ni en la televisión ni en ningún medio», dice Verástegui.

El actor recuerda que sus padres sufrieron mucho cuando dejó los estudios por la actuación y comenzó a tener una vida licenciosa, cansada de no ser escuchada, su madre se dedicó a rezar por él.

«Creo que las oraciones de mi madre han tenido mucho que ver en todo esto, Ya sabes lo que se dice: ‘No hay nada más poderoso que las oraciones de una madre por sus hijos’. Después de ver mi caso, estoy convencido de ello. Todo el cambio que he experimentado en mi vida, las personas nuevas que se me acercaron en mi crisis, no me cabe duda que han sido fruto de las oraciones de mi madre», revela.

Ahora dice que está dispuesto a «vender tacos» en Tamaulipas, su pueblo natal, con tal de ser fiel a sus principios. «Si el día de mañana voy a casarme y tener hijos, que mis hijos estén orgullosos de su padre. Si voy a llevar una vida íntegra, voy a ser radical. No me gustan las medias tintas. Sea quien sea quien esté detrás del mejor proyecto, no voy a hacer nada que vaya contra mis principios porque si acepto, es venderme y volveré a acabar viviendo una mentira», asegura.

Cuando le preguntan qué es lo que más ha aprendido de sus padres, no duda en responder: «Mi fe. Es un regalo que Dios me dio a través de ellos».

Written by Rafael de la Piedra