Carpintero ha donado más de 10 mil muletas

Venerable carpintero ha donado más de 10 mil muletas a personas necesitadas.  Él no necesitó de dinero para ayudar, sólo sus manos y un poco de madera.

De: GABRIELA CABRERA

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Nicola Gonçalves un señor brasilero de 89 años de edad aprendió el oficio de carpintería de su padre cuando aún era un niño, a partir de ese momento esta fue la actividad a la que se dedicó toda su vida y tras de él, su hijo y ahora su nieto. Pero su historia no trata sobre la magia de los oficios ancestrales transmitidos de generación en generación, sino sobre las acciones de un hombre cuyo altruismo es un ejemplo digno de imitar.

De joven hacía juguetes para los niños sin recursos.

Desde siempre, desde que Nicola era niño, sintió una gran necesidad de ayudar al prójimo, de hacer algo significativo por las personas que se se encontraban en estado de necesidad, fuera un niño, un adulto o un abuelo, siempre había alguien necesitando ayuda y él quería ser el vector que la facilitara.

Su historial de buenas acciones comenzó cuando a temprana edad empezó a fabricar en sus tiempos libres juguetes de madera para regalarle a los niños huérfanos o de escasos recursos en la navidad, pues veía la ilusión de los pequeños al esperar recibir algún regalo en esas especiales fechas y no quería que alguno se quedara sin un regalo.

Antes yo hacía juguetes y los llevaba a los niños, siempre tuve esa necesidad de ayudar. Nunca hice nada con intención de ganar dinero, lo importante es ayudar. – Le dijo el octogenario hombre a G1.

Pero fabricar juguetes y regalarlos a los niños huérfanos sería apenas el comienzo de una larga vida ayudando a las personas más necesitadas.

Un pedido especial marcó el inició de una vida dedicada al servicio comunitario.
Un día cuando ya era adulto, una tía sufrió una fractura en una de sus piernas y su esposo le pidió si por favor él le podía hacer un par de muletas ya que no tenían recursos para comprar unas. De inmediato Nicola dijo que si y se puso a la tarea de fabricarlas, en menos de tres horas las tenía listas y se dio cuenta de lo relativamente fácil que era hacer estos objetos.

Su tía le contó a otra persona en el hospital que su sobrino le había hecho las muletas y esta persona acudió a su carpintería a pedirle si le podía hacer unas también. Por supuesto, no se negó y así de voz en voz le llegaron más y más pedidos. También comenzó a hacer bastones.
En algunos casos las personas que tocaban sus puertas para hacerle encargos se ofrecían a pagar por el producto y él aceptaba el dinero pues era la forma de financiar su trabajo, en otros casos los individuos sólo alcanzaban a cubrir los materiales y en otros más no podían pagarle nada, siempre todos los que necesitaron un par de muletas o un bastón salieron con una sonrisa de la carpintería de Nicola, pues él nunca se negó a fabricar ni una sola.

Lo hago porque es una cosa muy necesaria, es desde el fondo de mi corazón. – Le contó Nicola Gonçalves a G1.

Durante 48 años, este humilde carpintero ayudó a cientos de personas y ahora a sus 89 años de edad lo sigue haciendo, claro que con ayuda de su hijo y de su nieto, quienes en los espacios libres que les deja la carpintería familia que actualmente atienden, le preparan la madera y los demás materiales para que él pueda fabricar los objetos que le encargan pues sus piernas ya no le permiten permanecer de pie por largos periodos de tiempo.

Un niño en un hospital lejano conmovió profundamente su corazón.

Tras haber regalado alrededor de 10.000 muletas en su larga trayectoria ayudando a la comunidad, un caso lo conmovió profundamente, nunca se pudo olvidar de lo que una buena enfermera le contó aquella vez que visitó su carpintería tras haber viajado muchos kilómetros en su búsqueda y siempre que le preguntan cuál es el caso que más recuerda, lo trae a colación, pues es el ejemplo perfecto de lo que lo motivó siempre a ayudar a las personas necesitadas, máxime a un pequeño cuya mayor ilusión era recibir un par de muletas para navidad.

Una vez, una enfermera de Araraquara vino hasta aquí en la Navidad pidiendo una muleta. Ella dijo que la pieza era una petición de un niño que estaba en el hospital, le acababan de quitar el pie y pidió de regalo una muleta para poder correr junto con sus hermanos. Al día siguiente la hice y se la entregué. – Finalizó Nicola.

Todos tenemos que preocuparnos por nuestro bienestar pero si somos sinceros siempre hay una forma de ayudar a los demás, encontremos cuál es la nuestra y aportemos nuestro granito de arena para construir entre todos un mundo mejor, justo como Nicola Gonçalves nos enseñó a través de su gran ejemplo.