Cuando el Islam se enfurece

Son muchos los antecedentes de los ataques. Los salafitas atribuyen a los coptos la película ofensiva: » Innocence of Muslim», pero no es verdad. 

Por: GIACOMO GALEAZZI

El que ofende al Profeta, muere: la geografía del terror se expande por el planeta. Son numerosos y muy trágicos los antecedentes en los que el Islam se ha enfurecido por el trato “irreverente” del occidente para con Mahoma. Desde la tormenta de las caricaturas “sacrílegas” al ataque contra la embajada de los Estados Unidos en Benghasi, desde las reacciones planetarias al discurso del Pontífice en Ratisbona hasta la fatwa en contra de Salman Rushdie, desde el homicidio del líder populista holandés Pim Fortuyn hasta el del director también holandés Theo van Gogh.

Así como sucedió con la mala interpretación de las palabras de Benedicto XVI durante su viaje a Alemania, ahora la mistificación pretende atribuir a la Iglesia copta el origen de la película sobre la vida de Mahoma, que según los salafitas egipcios fue «producido por algunos coptos egipcios que viven en los Estados Unidos», considerada ofensiva para con el Islam.

En realidad, según lo que ha podido verificar Vatican Insider, los fundamentalistas islámicos en Egipto están descargando la responsabilidad en las minorías cristianas locales. El director de la película es un israelí con pasaporte estadounidense que vive en California y que logró reunir los 5 millones de dólares necesarios para llevar a cabo la película gracias a un centenar de judíos principalmente estadounidenses. Parece que el director contó con la ayuda de una asociación de cristianos fundamentalistas y de un solo cristiano copto para la difusión de la película. Así pues, la Iglesia copta no tiene nada que ver con el largometraje que está haciendo enfurecer al mundo islámico, tanto que las autoridades religiosas cristianas tuvieron que pronunciar su condena en contra de cualquier provocación hacia los símbolos religiosos.

Mientras tanto, los Hermanos Musulmanes convocaron a una manifestación el próximo viernes en El Cairo para pedir que se fomente una campaña de odio anti-cristiano. La lista de los antecedentes es inquietante. Desde que en 2005 se publicaron algunas caricaturas sobre Mahoma en el periódico danés “Jyllands-Posten” y después en el periódico noruego “Magazinet” se han multiplicado los episodios de protestas y de violencia en el mundo en contra de objetivos occidentales.

Año tras año. En 2006: Indonesia, 3 de febrero, ataque a la embajada de Dinamarca en Jakarta; 4 de febrero, manifestantes en Damasco incendian las embajadas de Dinamarca y Noruega. República Libanesa: 5 de febrero, incendian la embajada de Dinamarca en Beirut. Paquistán: 15 de febrero, enfrentamientos en Lahore y en Pwshawar, en donde sufren serios daños una empresa noruega, un restorante de “fast-food” estadounidense y algunos bancos. Libia: 17 de febrero, después de que el ministro italiano del partido la “Liga del Norte”, Roberto Calderoli, usara una camiseta con una caricatura de Mahoma, un grupo atacó el consulado italiano en Bengasi; durante los enfrentamientos murieron 11 manifestantes.

En 2010: 7 de septiembre, el pastor estadounidense Terry Jones amenaza con quemar en público el Corán, en ocasión del aniversario del ataque a las Torres Gemelas de Nueva York. Grupos fundamentalistas islámicos dispersos por el mundo responden diciendo que quemarán banderas de los Estados Unidos. Estados Unidos, 11 de septiembre, Terry Jones jura que su Iglesia no quemará “ni hoy ni nunca” el Corán. En 2011: el 21 de marzo, en una pequeña Iglesia de Gainesville, en Florida, queman una copia del Corán, ante la presencia del pastor Jones. Túnez: 9 de octubre, asaltan la sede de la televisión privada Nessma, después de la difusión de la película de animación franco-iraní “Persepolis”. Lo que habría provocado la indignación de los extremistas habría sido una escena particular en la que la niña protagonista se imagina que Dios es un hombre con barba: el Islam prohíbe cualquier representaci’on de Allah. De nuevo en Túnez: 3 de mayo, el dueño de Nessma tv, Nabib Karoui, fue condenado al pago de una multa de 2.400 dinaris (alrededor de 1.300 euros) por haber violado los “valores sagrados” al transmitir la película de animación “Persepolis”.

En 2012: Afganistán, primeros días de febrero, algunos soldados estadounidenses de la base destruyeron un importante número de documentos islámicos, entre los que había algunas copias del Corán. Protestas violentas y enfrentamientos en el país. Otra vez Afganistán: 24 de febrero, el presidente estadounidense Barack Obama presentó sus disculpas al líder afgano Hamid Karzai por la hoguera con las copias del Corán en la base estadounidense de Bagram. De nuevo Afganistán: 25 de febrero, atentado en Kabul en contra del ministerio del Interior afgano; fallecen dos asesores estadounidenses. En la reivindicación del ataque se hablaba de “falta de respeto de los invasores hacia los objetos sagrados del Islam, en particular en el caso de la quema del Corán en la base de Bagram”. El Consejo de los Ulemas pide, el 2 de marzo, que los responsables de la afrenta sean juzgados en un proceso público. El 9 de marzo, la base de Bagram pasó a estar bajo el control del ejército afgano.

En Egipto, el 11 de septiembre de 2012: miles de egipcios se manifiestan frente a la embajada de los Estados Unidos en El Cairo para protestar en contra de una película considerada “anti-islámica”. Destrozan la bandera y la sustituyen con un paño negro. En Libia, 12 de septiembre de 2012: el embajador estadounidense y tres miembros de su delegación diplomática fueron asesinados durante el ataque al consulado estadounidense en la ciudad de Bengasi para protestar en contra de la película “Innocence of Muslim” (La inocencia de los musulmanes), realizado por un estadounidense israelí, Sam Bacile.

El ministro vaticano del Diálogo Interreligioso, el cardenal Tauran, al regresar de su primer viaje a Egipto, concedió una entrevista a la Radio Vaticana en la que pronunció palabras de gravedad profética: «La fe nos impulsa a amar al prójimo. Y la parte musulmana ha insistido mucho en el hecho de que, según el Corán, en materia de religión no hay constreñimiento. Y entonces yo he aprovechado para decir que este es un principio muy hermoso, pero, desgraciadamente, hay países en los que no se aplica y hay situaciones en las que los cristianos no tienen ni siquiera la posibilidad de tener una Iglesia para practicar su culto».