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El fin de los mamuts

JUAN RUIZ SIERRA
MADRID

Desde que en 1806 el botánico escocés Mikhail Adams descubriera en Siberia el primer resto fósil de mamut lanudo, la comunidad científica no ha parado de preguntarse por qué este mamífero con colmillos de varios metros y una altura de unos cuatro dejó de caminar por el planeta hace 3.500 años. Unos apuntaban a la exterminadora mano del hombre, otros al fin de la gran glaciación y los últimos a ciertas enfermedades, tres teorías que no se consideraron compatibles hasta hace cuatro años, cuando comenzó a barajarse una combinación de las dos primeras causas como hipótesis más probable.

Con el estudio de un equipo de investigadores españoles publicado hoy por la reputada revista Plos Biology, esta corriente ha llegado a su punto álgido. En el trabajo, sus autores afirman que el principal responsable de la extinción del mamut fue el cambio climático, pero que esta habría sido imposible sin los humanos, que asestaron el golpe de gracia al animal.

El segundo agente exterminador no puede entenderse sin el primero. La caza se cebó en el mamut precisamente porque el aumento de las temperaturas permitió que los humanos se instalaran en zonas hasta entonces inexpugnables para ellos, zonas en las que los enormes mamíferos se habían refugiado tras el cambio de las condiciones climáticas. «Nunca antes se había hecho un análisis combinado de los dos factores», sostiene David Nogués, un geógrafo del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Para llegar a la conclusión de que el clima mató al mamut y el Homo sapiens lo remató, los autores del trabajo –titulado El cambio climático, los humanos y la extinción del mamut lanudo

LA DIFERENCIA FUNDAMENTAL

Hace 126.000 años, la Tierra experimentó un calentamiento similar al que después acabaría con los mamuts, que comenzó unos 8.000 cursos atrás. Las condiciones meteorológicas fueron tan adversas que el animal solo podía habitar en una superficie aproximada de 0,3 millones de kilómetros cuadrados, situada en el norte de Eurasia. Sin embargo, estos mamíferos soportaron entonces la embestida climática. Se refugiaron en zonas frías y esperaron tiempos mejores. ¿Por qué el último mamut murió hace 3.500 años y no hace 126.000?, ¿qué diferenciaba un periodo de otro?

El Homo sapiens. Hace 126.000 años, los humanos modernos todavía era patrimonio exclusivo de África, mientras que hace 3.500 ya habían llegado hasta Siberia, donde se habían recluido los mamuts. Allí acabaron con ellos.

Pero el trabajo no acaba aquí. De hecho, puede que esta línea de investigación, basada en la combinación de las condiciones climáticas y la presión antrópica, no haya hecho más que empezar. «Queremos aplicar el esquema para desentrañar por qué se extinguieron otras especies, como los hombres de neandertal –concluye Nogués–. Pero lleva mucho tiempo. En este estudio hemos trabajado durante tres años, y quizá otros se nos adelanten». y firmado por Nogués, Miguel Araújo, Jesús Rodríguez y Joaquín Hortal– relacionaron en distintos periodos las condiciones climáticas y, echando mano de los fósiles que han sido hallados y datados hasta ahora, la población de mamuts: desde 3.500 años antes de hoy mismo hasta 126.000. Esta última fecha es la que ha proporcionado gran parte de la clave que, según los investigadores, permite sostener que la desaparición del mamífero lanudo se debe a la conjunción de dos causas.

Written by Rafael de la Piedra