El misoprostol (RU-486), retirado en Francia por poner en riesgo -también- la vida de las mujeres

La píldora conocida como RU-468 es utilizada en los abortos químicos para matar al embrión. Francia lo ha retirado por causar hemorragias y rupturas uterinas.

El misoprostol, pastilla recomendada por muchas publicaciones feministas para un aborto ‘seguro’ [para la mujer], ha sido retirado del mercado francés el pasado marzo por los daños que puede ocasionar: hemorragias y rupturas uterinas.

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El aborto en Francia se aprobó en 1979 y, desde entonces, cada año el país galo tiene 800 mil nacimientos contra 200 mil abortos. Se calcula que más de ocho millones de franceses no han nacido en estos años, cifra semejante a la de inmigrantes actuales según estadísticas de la ONU de 2015.

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El aborto está muy bien considerado en este país. Una encuesta del Instituto Francés de Opinión Publica (IFOP) en 2010 y recogida por Infobae, señala que “el 85% de las mujeres se declaran a favor del aborto” y, sin embargo el 61% de ellas piensan que “hay demasiados abortos”. El 83% de ellas expresan que “el aborto deja huellas psicológicas difíciles de vivir para las mujeres” y el 60% opina que “La sociedad tendría que ayudar a las mujeres a evitar el aborto”.

Esa misma encuesta de 2016, revela que para el 52% de los ciudadanos franceses (el 55% de las mujeres), el número de abortos no es “algo normal” sino más bien “un motivo de preocupación”. El 89% piensa que “un aborto deja a las mujeres con marcas psicológicas”, el 72% estima que “la sociedad debería participar más para ayudar a las mujeres a evitar el aborto”, el 35% no está de acuerdo con la ley de 2001 que permite a las niñas menores abortar sin informar a sus padres y, finalmente, el 84% está a favor de incluir en la “guía oficial dada a las mujeres embarazadas los detalles de los beneficios y apoyo a los que tienen derecho”.

Gádor Joya: “este tipo de aborto [químico] presentado como más seguro, no lo es realmente”

Según Farmacéuticos Católicos, el misoprostol (mifepristona o RU-486) tiene como objetivo “bloquear el efecto biológico de la progesterona”, una hormona necesaria para la anidación del embrión y el desarrollo del feto en las primeras semanas de embarazo.

“Esa sustancia tiene un claro efecto abortivo. Su acción sobre los tejidos causa una lesión en el endotelio vascular, un incremento en la producción de prostaglandinas, desprendimiento de la mucosa uterina y un aumento de la contractilidad del músculo uterino. Todo ello provoca un desprendimiento placentario y consiguientemente la muerte del feto de varias semanas de edad ya en ese momento”, informan.

“Su eficacia en los primeros 50 días de embarazo para impedir tener un hijo se debe a que a partir de esa fecha de embarazo, la placenta produce una elevada cantidad de progesterona que no puede ser antagonizada por la RU-486”.

La doctora en Medicina, pediatra, y portavoz de Derecho a Vivir, Gádor Joya, señala que “los métodos abortivos quirúrgicos y químicos conllevan efectos secundarios que se esconden deliberadamente a muchísimas mujeres, la denuncia de Abogados Cristianos va en esa línea”. “Prueba, además, que este tipo de aborto presentado como más seguro, no lo es realmente”.

Por el momento, ya no se comercializará más en Francia, el resto de países europeos quizás sigan el ejemplo.