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¿Tiene sentido tener fe hoy en día?
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La Capilla Sixtina

Cada año millones de personas visitan la Capilla Sixtina para ver los increíbles frescos de Miguel Ángel. Pero la capilla no es solamente una parte de los Museos Vaticanos, sino una capilla activa. En el Reportaje Vaticano de esta semana veremos cómo la Capilla Sixtina ha unificado el sorprendente arte con la fe, la oración y la celebración. Soy Carol Glatz, corresponsal en Roma de Catholic News Service.

Y yo soy Cindy Wooden. Esta semana los Museos Vaticanos recibieron el lanzamiento de “La Palabra pintada”, un libro sobre cómo la Biblia toma vida a través de los frescos de las paredes y los techos de la Capilla Sixtina. De hecho, los puntos álgidos bíblicos se encuentran ahí: desde la creación del mundo, incluyendo la vida que recibe Adán de la mano de Dios, al juicio final, cuando lo divino se enalza para glorificar a Cristo y lo maldito se lanza al mundo de las tinieblas.

Las historias bíblicas de amor y traición, creación y destrucción, nacimientos milagrosos y muertes violentas han inspirado a los artistas por siglos. Las escenas obviamente tienen un propósito educativo; ilustrar las verdades de la fe. Pero están diseñadas para ser mucho más que eso. Están destinadas a ayudar a levantar los pesos del espíritu humano y hacer que la gente se detenga sobrecogida ante la belleza de la creación de Dios. Y en la Capilla Sixtina, las escenas sirven de dramático telón de fondo para algunos eventos significativos.

El primero, obviamente, es la elección del nuevo Papa. Los cardenales se reunen en la capilla para orar y deliberar sobre quién será llamado a ser el nuevo vicario de Cristo. Después de contar los votos, los queman en una estufa colocada en una esquina de la capilla. El humo de los votos quemados señala, al mundo que espera, si la Iglesia tiene un nuevo Papa.

La misma Capilla Sixtina puede guiar a un arte nuevo. El Papa Juan Pablo escribió un libro de poemas que el Vaticano publicó en 2003. Uno de los poemas tuvo por escenario la Capilla Sixtina. El Papa describió la capilla como “El libro de los comienzos-Génesis”. Dijo que Miguel Ángel dibujó el libro “no con sus palabras, sino con la riqueza de la profusión de colores. Entramos para poder leerlo, pasando de asombro en asombro”.

Un evento anual lleno de maravillas y usualmente ruidoso, son los bautizos que el Papa realiza a los recién nacidos. Después de Navidad, en la fiesta del bautismo del Señor, una docena de recién nacidos son bienvenidos a la Iglesia católica. Los frescos de Miguel Ángel sirven para ilustrar las homilías del Papa mientras vierte el agua sobre las cabezas de los pequeños y los introduce en la vida cristiana.

El Papa Benedicto XVI ha usado la capilla más a menudo que el Papa Juan Pablo II. Cuando pidió al Patriarca Ecuménico Ortodoxo que se dirigiera al Sínodo sobre la Biblia el año pasado, escogió la Capilla Sixtina como escenario. Y también, el Papa hizo una celebración en la capilla por el 85 cumpleaños de su hermano monseñor Georg Ratzinger. El regalo del Papa a su hermano, quien fue director del famoso coro Regensburg Boys, fue una interpretación de una misa de Mozart.

La capilla una vez más será el centro de la atención este fin de semana cuando el Papa reciba a pintores, escultores, arquitectos, músicos, actores, bailarines y escritores. La peculiar reunión será una nueva ocasión para que la Iglesia muestre cómo la fe y el arte pueden unirse con maravillosos resultados.


Written by Rafael De la Piedra