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Meditaciones sobre el Aborto

Por Francisco Tudela

Resulta claro que es insostenible argumentar que el embrión es parte del cuerpo de la madre y que sólo es un conjunto de células sin valor. Siempre que discuto sobre el aborto con otras personas, sean éstas religiosas, liberales o izquierdistas, escucho los mismos argumentos que nunca me llegan a convencer, pues siempre terminan en el ámbito subjetivo.

Ahora que se viene la Marcha por la Vida y todos los guerreros de la justicia social salen de sus cuevas a publicar artículos y opiniones al respecto, pense: ¿por qué no escribir un articulo sobre el aborto? Expondré mi punto de vista, con la esperanza de hacer cambiar de parecer a algún lector o, por lo menos, hacer reflexionar a la gente sobre el tema.

Cuando se discute sobre el aborto, uno de los principales argumentos que brotan en la discusión es que ‘’el embrión es parte del cuerpo de la madre’’. Quisiera desmentir este argumento: el hecho de que el embrión esté dentro del cuerpo de la madre no necesariamente significa que forme parte de éste. El embrión simplemente está en un estado de desarrollo en el útero de la madre. Para que un miembro u órgano se pueda considerar parte del cuerpo de alguien, éste debe compartir su mismo código genético.

Es decir, si el embrión no comparte el mismo ADN que la madre -y en la mayoría de casos ni siquiera comparten el mismo tipo de sangre- ¿cómo podría el embrión ser parte del cuerpo de la mujer? ¿o acaso el embrión no contiene un ADN humano propio y único, que lo diferencia de la madre? Es un hecho científico que al momento de la concepción, 23 cromosomas de cada uno de los padres se unen para conformar 46 cromosomas de un nuevo individuo, quien posee un ADN propio y un color de pelo, ojos, talla y sexo ya predeterminados dentro de su código genético.

Aclarado el tema de la diferencia del embrión del cuerpo de la madre, viene el segundo argumento que siempre se esgrime en la discusión: ‘’El embrión no es humano, por lo que abortar no es matar’’. Sin embargo, si es que el embrión no es humano, ¿cómo resulta que tiene un ADN humano? No se trata sólo de un conjunto de células que se pueden desechar como carne malograda. En realidad se trata de un conjunto de células humanas, con un ADN único, cuyo proceso natural (si es que no se interrumpe) es el de formar a una persona. El embrión, entonces, es una persona en una etapa temprana de desarrollo.

Si fuese cierto que el embrión no es humano, ¿cuál sería entonces el bien jurídico afectado en los casos de abortos sin consentimiento de la madre? En el caso de que una madre embarazada pierda al hijo por lesión grave causada por un tercero, ¿qué delito ha cometido el tercero? ¿Sólo lesiones al cuerpo de la madre? ¿Cómo no considerar la vida como uno de los bienes jurídicos afectados en tan horrendo crimen? Es por eso que argumentar que un embrión es un conjunto de células sin valor humano es absurdo. Si se sostuviera esta postura, entonces no habría ningún delito por causar el aborto a una madre que esperaba a su hijo. Además, implicaría que el embrión sólo es un ser humano en la medida en que es querido por la madre.

Resulta claro que es insostenible argumentar que el embrión es parte del cuerpo de la madre y que sólo es un conjunto de células sin valor. Ahora pasemos, entonces, al argumento por excelencia de los pro abortistas: el caso extremo de la violación. Ellos sostienen que es injusto obligar a una madre a criar al hijo de su propio violador y que es una monstruosidad obligarla a verle la cara al niño producto de dicho crimen grotesco.

Es verdad, la violación es un crimen horroroso e imperdonable, pero ¿desde cuándo hacemos justicia a través de otra injusticia? ¿Por qué el concebido tiene que ser el que pague por los crímenes del padre? ¿Qué culpa tiene él de ser concebido? El aborto simplemente es una injusticia (ojo, aquí no incluyo al aborto terapéutico, ya que estos son casos extremos en los cuales se tiene que elegir entre dos vidas y no creo que nadie tenga la autoridad moral de juzgar a alguien por ello).

Por otro lado, un punto al que siempre hacen referencia los ‘’pragmáticos’’ es aquel de que los abortos son una realidad y muchas mujeres ponen sus vidas en peligro haciéndose abortos clandestinos. Si el aborto se legalizara, estas mujeres tendrían acceso a un hospital que podría hacer el procedimiento apropiado. Esto es muy cierto, el aborto es una realidad, pero el hecho de que sea una realidad no significa que el Estado deba legalizarlo, ¿o acaso los asesinatos, violaciones, secuestros y robos no son una realidad? Bajo la misma lógica ¿no deberían legalizarse también?

Otro argumento que he escuchado es que ‘’el niño va a vivir una vida miserable si nace’’. ¿Y quien es la madre para decidir sobre el destino de otra persona? La orfandad no es la peor condición humana y la adopción es una práctica que se ha llevado a cabo desde hace siglos. Facultar a la madre a que sea el juez y verdugo de su propio hijo, ya que a priori decide que su vida es una que no vale la pena vivirse, es una aberración del concepto de piedad.

En conclusión, el aborto no debe despenalizarse, pues simplemente se trata de una injusticia contra un inocente. Es incuestionable el sufrimiento en el que se encuentra una mujer cuando debe decidir si aborta o no, pero este es un tema que trasciende al individuo; es un tema ético, de lo que es justo y de lo que es injusto. Una injusticia no se repara con otra injusticia y mucho menos a costa de la vida de otra persona.

Francisco Antonio Gregorio Tudela van Breugel-Douglas (n. Lima; 20 de julio de 1955) es un político peruano, abogado especialista en temas internacionales.

Written by Rafael De la Piedra