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Regina Brum: ¿cómo podemos tener absoluta seguridad que el cielo realmente existe?

Respuesta: la respuesta más directa es porque Jesús mismo lo ha manifestado a los hombres. Es decir hace parte importante del dato revelado por Dios a los hombres. Podemos entonces tener la certeza que la fe nos da. Es la fe de creerle a Dios porque él es Dios. Como dice el Catecismo de la Iglesia: «Por la fe, el hombre somete completamente su inteligencia y su voluntad a Dios. Con todo su ser, el hombre da su asentimiento a Dios que revela (cf. DV 5). La sagrada Escritura llama «obediencia de la fe» a esta respuesta del hombre a Dios que revela (cf. Rm 1,5; 16,26)· (CEC 143).  En ese sentido es que escuchamos su Palabra y nos sometemos porque «su verdad está garantizada por Dios, la Verdad misma» (CEC 144).

Ya hablando un poco del cielo vemos por un lado el respaldo de las Sagradas Escrituras (1Jn 3,2; 1Cor 13,12; Jn 14,3; Flp 1,23; 1Tes 4,17; Ap 2,17) y las definiciones dogmáticas de la Iglesia.

«Por su muerte y su Resurrección Jesucristo nos ha «abierto» el cielo. La vida de los bienaventurados consiste en la plena posesión de los frutos de la redención realizada por Cristo, quien asocia a su glorificación celestial a aquellos que han creído en Él y que han permanecido fieles a su voluntad. El cielo es la comunidad bienaventurada de todos los que están perfectamente incorporados a Él» (CEC 1026).

Es interesante que el Catecismo nos dice que «este misterio de comunión bienaventurada con Dios y con todos los que están en Cristo, sobrepasa toda comprensión y toda representación. La Escritura nos habla de ella en imágenes: vida, luz, paz, banquete de bodas, vino del reino, casa del Padre, Jerusalén celeste, paraíso: «Lo que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que le aman» (1 Co 2, 9)» (CEC 1027).

Written by Rafael De la Piedra