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Reina de la belleza mexicana opta por la vida religiosa

Esmeralda Solís Gonzáles es una joven mexicana que fue coronada el año pasado como reina de la belleza en su ciudad natal y ahora ha decidido entregar su vida al Señor con las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento.

(CNA/InfoCatólica) Esmeralda Solís Gonzáles es una joven mexicana que fue coronada el año pasado como reina de la belleza en su ciudad natal y ahora ha optado por la vida religiosa, al ingresar al noviciado de las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento.

Esmeralda, de veinte años, ha visto cómo su historia se volvió viral durante la última semana en las redes sociales en un post de la página de Facebook de Miss México.

Breve biografía

La joven nació el 12 de abril de 1997 en Valle de Guadalupe, Estado de Jalisco, a una familia católica. Actualmente reside en el convento de las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento de Cuernavaca, en el estado de Morelos, después de dejar su carrera como nutricionista.

«Realmente no sabes lo que es la vida religiosa hasta que estás dentro de ella. Hasta ahora he podido ver desde otra perspectiva lo que es el mundo y lo que te ofrece », dijo Esmeralda a Catholic News Agenty.

«Yo estaba muy contenta con todo lo que tenía, pero no se compara con la felicidad que Dios ahora coloca en mi corazón».
Vocación

La joven postulante se reunió con las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento hace unos cinco años a los 14 años, cuando su preocupación por una vocación religiosa «estaba despertando» a través de «jornadas, misiones y campamentos»

Además, señaló que apenas un mes después de que este proceso de discernimiento concluyó en marzo de 2017 dio su primer sí a su vocación en la Fiesta de la Anunciación.

«El tiempo de Dios es perfecto. Durante este tiempo (de discernimiento) me permitió tener algunas experiencias como ser una reina de la belleza, y otras experiencias, que dejaron para siempre su marca y que me permitieron aprender mucho para lo que vendría después».
El descubrimiento de la vocación a la que había sido llamada siempre estuvo presente en su vida como una «pequeña espina», dijo Esmeralda.

«Me di cuenta de que tenía que hacer espacio en mi vida para discernir qué era lo que Dios había planeado para mí. En el proceso de discernimiento de mi vocación también hubo temor y dudas, pero el amor que Nuestro Señor estaba mostrando cada día me hizo superar cualquier sentimiento de desánimo», explicó.
Esmeralda dijo que había descubierto que Dios la estaba llamando «a servirle de manera radical», es decir, cambiando su «vida para abrazar la cruz de Cristo y vivirla más de cerca».

«He estado en la vida religiosa muy poco tiempo, pero realmente he sido muy feliz», dijo.
Para descubrir su vocación, Esmeralda pasó mucho tiempo en la oración y en la caridad, «sabiendo desde fuera o desde el mundo» lo que implicaría este cambio.

«El cambio es difícil para mi familia porque implica el desapego, pero siempre he tenido el apoyo de mis padres, hermanos y amigos. Aunque pude haberme desarrollado en algún otro lugar, siento que si el Señor me necesita y puedo dar fruto de una manera diferente», dijo a la CNA.

Su consejo a los jóvenes

Esmeralda tenía algunas palabras para los jóvenes y dijo que en cualquier vocación encontrarán dificultades, «pero si vas a tomar la mano de Dios, siempre serás capaz de dar el siguiente paso».

«En la vida religiosa cada nuevo día es un nuevo comienzo y una nueva oportunidad para extender el reino de Dios. Esto implica hacer un montón de sacrificios, pero siempre son recompensados ​​con la felicidad», dijo.
La joven novicia también dijo que es verdad que «la realidad y la supuesta felicidad que el mundo vende es muy atractiva», pero «es necesario fijar los ojos en lo que dura».

«No debes tener miedo. Si Dios te está llamando, él se encargará de todo. Todo lo que necesitas hacer es recibirlo con mucha paz, alegría y confianza. Creo que el miedo es una gran excusa que es responsable de truncar la verdadera felicidad que sólo Dios puede ofrecer», dijo.
La orden religiosa

Las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento son un Instituto Religioso de Derecho Pontificio fundado por la Beata María Inés Teresa Arias en 1945 en Cuernavaca, México.

El espíritu del Instituto es Eucarístico, Mariano, sacerdotal, misionero y centrado en Jesús en el Santísimo Sacramento.

Las misioneras trabajan en clínicas, grupos de jóvenes, preescolares y escuelas, residencias universitarias, centros de ejercicios espirituales, misiones, entre otros. Están presentes en México, Costa Rica, Argentina, Estados Unidos, España, Italia, Irlanda, Rusia, Japón, Corea, Indonesia, Sierra Leona, Nigeria, Vietnam e India.

Written by Rafael De la Piedra