LOGO

¿Tiene sentido tener fe hoy en día?
¿Dónde encontrar las respuestas a nuestras inquietudes más profundas?
¿Cuáles son las razones para creer?

¡¡¡Se acabaron los helados!!! Ben-and-Jerrys-Appley-Ever-After Full view

¡¡¡Se acabaron los helados!!!

Por: Bruno Moreno

No, no es un sacrificio cuaresmal (aunque tampoco estaría mal). Se debe a una extraña reacción alérgica que acabo de descubrir que padezco. En cuanto me tomo una cucharada de helado, me dan arcadas y, si intento continuar, termino por vomitar. Y es una pena, porque me encantan los helados.

Por suerte, sólo me sucede con una marca concreta de helados. Por desgracia, es la marca que venden en una gasolinera cercana y que mi esposa y yo solíamos comprar para celebrar alguna ocasión especial. Lo curioso es que es algo que ha surgido de pronto, nunca me había pasado. Personalmente, pienso que es por un nuevo conservante que han introducido en los helados Ben & Jerry: relativismo moral 666.

Hace unos meses, en el Reino Unido, el gobierno conservador del Primer Ministro Cameron inició una campaña para legalizar el “matrimonio” homosexual. La Ministra de Igualdad (esos ministerios son una plaga que, aparentemente, se extiende por todos los países como… bueno, como una plaga) anunció en septiembre que el gobierno quería legalizar el “matrimonio” homosexual antes de 2015.

Parece ser que, como parte de ese proceso, se realizará un referéndum, así que muchos han empezado ya a intentar influir en los votantes. Uno de esos muchos es la empresa Ben & Jerry, que ha lanzado su propia campaña de apoyo al “matrimonio” gay.
Como parte de esta campaña, ha cambiado el nombre de uno de sus sabores, correspondiente al pastel de manzana. Este sabor se llamaba anteriormente “Oh! My! Apple Pie!” (una expresión de sorpresa). A partir de ahora, se llamará “Apple-y Ever After” (un juego de palabras entre “manzana” y “vivieron felices y comieron perdices”). Por si acaso no quedaba claro que se estaban refiriendo a las parejas gays, en el recipiente incluyen un dibujo de una tarta de boda, con un arco iris y dos “novios” en lo alto (es decir, “novio” y “novio”, claro).

No es la primera vez que lo hacen. Cuando se aprobó en 2009 el “matrimonio” homosexual en Vermont (Estados Unidos), cambiaron el sabor “Chubby Hubby” (marido regordete) por “Hubby Hubby” (marido y marido), para celebrar la ocasión. Además, de ello, esta joya de empresa es conocida por apoyar constantemente a Planned Parenthood, la mayor organización abortista de los Estados Unidos y, probablemente, del mundo.

La compañía ha declarado oficialmente: “Desde nuestros humildes comienzos hace 34 años, Ben & Jerry ha defendido la igualdad de derechos […] Fuimos una de las primeras compañías en los Estados Unidos, en 1993, que ampliaron su cobertura de beneficios de salud y empleo para reconocer a las uniones de parejas de hecho, sin importar su orientación sexual.” Además, la empresa pide a sus clientes que se pongan en contacto con sus representantes parlamentarios y ofrece una plantilla de carta para ello en su página web. En esta carta, se dice que el referéndum una oportunidad de hacer que la legislación inglesa esté “al día de la sociedad en la que vivimos”.

Además, Ben & Jerry ha lanzado una nueva aplicación en Facebook junto con la asociación pro-gay Stonewall. En ella, se invita a los clientes a “casarse” virtualmente con alguien del mismo sexo, ofreciendo la posibilidad de ganar “una bañera entera de su sabor favorito de helado”.

Como es lógico, Ben & Jerry puede, si quiere, hacer campaña a favor de lo que le parezca mejor. Aunque sea a favor de que el Estado inglés haga todo lo posible por acabar con el matrimonio tradicional. Eso sí, de la misma forma, yo tengo todo el derecho del mundo a no volver a comprar uno de sus helados, aunque fuera lo único que vendiesen, en el único puesto de todo el desierto del Sahara, el día más caluroso del año, después de haberme tragado una cerilla encendida.

Ya saben, es por esa alergia que mencionaba antes y que provoca que me den arcadas al ver un helado Ben & Jerry. Cada uno que haga lo que quiera, pero creo que es absurdo que la empresa ataque frontalmente una de las cosas más importantes de nuestra vida, y nosotro sigamos contribuyendo a su cuenta de beneficios.

Claro que aún me falta lo más difícil: Tengo que decírselo a mi esposa.

Written by Rafael De la Piedra