¿Tiene sentido realizar una nueva película de Ben-Hur?

Los que hemos ido al cine a verla nos hacemos la pregunta e inmediatamente comparamos esta nueva versión de la novela de Lewis Wallace (“Ben -Hur; una historia de Jesús” escrita en 1880) con la clásica de Ben-Hur de 1959 (ganadora de 11 premios Oscar). Lo primero que hay que decir es que no hay que comparar ambas películas. Primero porque hay más versiones de la misma (hay una excelente película muda del año 1925) y lo segundo es que no se trata de un remake del film de William Wyler (1959).

La nueva versión del cineasta ruso Timur Bekmambetov, es más bien una nueva adaptación de la novela de Lewis Wallace. Por otro lado, existe toda una generación que no tiene como referencia la película donde actúa magistralmente Charlton Heston y que están deseosos por conocer la apasionante historia de Judá Ben-Hur contada según los padrones actuales de filmar.

Hay una seria de escenas que, evidentemente, se ven enriquecidas con los avances de los efectos digitales. Destacan, sin duda, las batallas navales, así como la ya clásica carrera de cuadrigas entre los personajes principales. Un papel muy importante es el que tienen las tomas y la música. Esta ha sido compuesta por el compositor americano Marco Beltrami – discípulo del legendario compositor Jerry Goldsmith (1929-2004).

En cuanto a la trama en sí, ésta presenta una serie de giros diferenciándolo de la versión clásica que ciertamente se enriquece mucho teniendo como tema de fondo la reconciliación. Una reconciliación que es presentada con todo su dramatismo sin caer en soluciones fáciles o melodramáticas que es lo que sucede en películas de corte religioso. Creo, personalmente, que este es uno de los puntos más fuertes de esta nueva versión.

Entre las actuaciones uno de los personajes mejor logrados es el de Jesús. Rodrigo Santoro, actor brasileño conocido por su actuación en el filme 300, nos presenta un Jesús muy espiritual, pero a la vez comprometido con la realidad de su pueblo.

Él mismo nos dice que interpretar el papel de Jesús fue todo un desafío. “Creo que ningún actor rechazaría algo así. Es una de las historias más intensas, profundas y hermosas, si no la que más”.

Dar vida a Jesucristo ha sido para él “una experiencia única” que no puede “comparar con nada”: “Quería que fuese un personaje con el que se pudiese conectar, sin sacrificar ninguna de sus enseñanzas, su aura, su espiritualidad y todo lo que hace que sea una figura singular. Ha sido el mayor desafío al que me he enfrentado en mi vida», añade.

Es interesante que para encarnar a su personaje, Rodrigo se preparó a conciencia: «El proceso de preparación fue una mezcla de investigación, lectura de libros (naturalmente, las Escrituras), ver películas y también», añade, «un trabajo emocional y físico para desde ahí ponerme en un espacio de amor incondicional que creo que fue el gran mensaje de Jesús». «Yo creo que el amor es el sentimiento más poderoso que existe y el elemento más transformador», concluye Rodrigo Santoro al enjuiciar la figura de Jesucristo en la Historia: «Es muy poderoso y el elemento que es capaz de transformar cualquier cosa, y Jesús era puro amor».
Finalmente, creemos que es una película que logra transmitir un mensaje fuerte y claro. No hay que ir a verla para compararla, sino para aprender que solamente la fuerza del perdón es capaz de cambiar hasta el más duro de los corazones.