LOGO

¿Tiene sentido tener fe hoy en día?
¿Dónde encontrar las respuestas a nuestras inquietudes más profundas?
¿Cuáles son las razones para creer?

UNA LECCIÓN APRENDIDA UN SÁBADO CUALQUIERA Niño-Pixabay-blog-19052019 Full view

UNA LECCIÓN APRENDIDA UN SÁBADO CUALQUIERA

Un relato lleno de humanidad de mi amigo Walter. De un pequeño incidente, uno comienza valorar lo que tiene.

Por Walter Sánchez Silva.

http://www.waltersanchezsilva.com/2019/05/una-leccion-aprendida-un-sabado.html?fbclid=IwAR03mWyLiF9NejEGQyA6KylGBOuaLV3SsysmbD_HqMoYDnJWubqRmytuX5c

Un sábado cualquiera fuimos a comer a un chifa (restaurante de comida china en Perú) y cuando estábamos por terminar se acercó un niño de 9 años llamado Mateo para ofrecernos los dulces que vendía.

La escena es común aquí en Lima. Uno come en un restaurante y en algún momento alguien entra para vender alguna golosina, algún dulce o algo para poder, ellos a su vez, comprar algo para sus casas que seguramente están sumidas en la pobreza.

Mateo no era tímido, de hecho era un niño simpático y divertido. En medio de su inocencia nos preguntó a mí y a mi esposa algo que me ha quedado dando vueltas en la cabeza. Lo hizo muy tranquilo pero intrigado: “¿Por qué tu hijo no vende chocolates?”.

Y ese fue el inicio de un breve diálogo que pasó por algunos chistes, el ofrecimiento de una cena caliente y saber que ese pequeño, en esa noche fría, se iba a demorar unas dos horas en volver a su casa.

No sé si lo volvamos a ver al buen Mateo –al que le pedí que rezara por nosotros y a quien le ofrecí que rezaremos por él cuando le di la comida caliente– pero con su ternura e inocencia; y sin decir mucho, dejó algunas lecciones para la familia.

1.- Somos afortunados. Con lo poco o mucho que tengamos, somos afortunados si un sábado cualquiera podemos ir a comer afuera, por más sencillo que sea el restaurante.

2.- Nuestros hijos no tienen que trabajar, pero muchos niños sí. Mi hijo mayor va a cumplir 9 años y, Dios mediante, probablemente no tenga que trabajar sino hasta que llegue a la universidad o la termine. Muchos niños sí tienen que hacerlo y creo que podemos ayudarlos.

3.- Siempre podemos ser solidarios. Con mucho o con poco, con algo. No importa a quién le demos algo de ayuda, no importa si lo usan bien o mal, importa que agrandemos el corazón para dejar que otros se alegren y/o se reconforten con nuestra generosidad.

4.- Los niños pueden aprender lo afortunados que son. Se dan cuenta perfectamente. Y nosotros tenemos que mostrárselo. En nuestro caso nos ayudó el buen Mateo.

Siempre se puede ser generoso. Y si no es con dinero o cosas materiales o comida, podemos ser generosos con nuestro tiempo y talentos.

Siempre habrá quien nos necesite y no hace falta un chifa para encontrarlo. Los que nos necesitan están allí, a veces más cerca de lo que creemos.

Puedes entrar al Blog de Walter Sánchez Silva: Aquí 

Written by Rafael de la Piedra