La buena ciencia como antídoto para el desorden sexual
La manera de vivir la sexualidad que se difunde a partir de la Revolución Sexual ha generado múltiples epidemias de comportamiento autolesivo y autodestructivo. El suicidio es ahora la mayor causa de muerte para adolescentes en varios países de Occidente. En Estados Unidos el 25% de las jóvenes entre 14 y 18 años tiene un plan de suicidio, y mientras más precoces son las relaciones sexuales y mayor es el número de parejas, mayor es la incidencia de este desenlace.
Es hora de afrontar este desafío como lo que es: una crisis de salud pública. Como en su momento con el tabaco y, aún hoy, con la comida y bebida chatarras, habrá fuertes obstáculos económicos, comportamentales e ideológicos que superar.
En su reciente libro, Salmones, Hormonas y Pantallas, el Dr. Miguel Ángel Martínez, catedrático de epidemiología en la Universidad de Harvard, va a las causas y plantea, a partir de la ciencia más rigurosa, una contra-revolución que recupere una vivencia sana y plenamente humana de la sexualidad.
