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¿Tiene sentido tener fe hoy en día?
¿Dónde encontrar las respuestas a nuestras inquietudes más profundas?
¿Cuáles son las razones para creer?

¿Y dónde está Dios?

Les comparto otro excelente trabajo sobre de la búsqueda de Dios en medio del sufrimiento. Es de la Psicóloga Nijme Morcos Gonzáles.

Ottawa, 4(Aci).- Una Familia Oriental ha desplegado una intensa lucha para lograr que los médicos de un hospital local permitan el nacimiento de un bebé de sólo 10 semanas de gestación cuya madre fue diagnosticada con muerte cerebral. Aunque a sus 25 años de edad, Sophia Park permanece inmóvil y según la ciencia “técnicamente” sin vida en una cama del Toronto Western Hospital; para sus familiares ella no debe dejar de recibir auxilio de los aspiradores hasta que su bebe pueda nacer. El drama de esta familia comenzó poco después de que Sophia y su esposo Paul, devotos católicos de origen japonés y coreano, recibieran la noticia de que serían padres por primera Vez.

Ellos se habían casado en Junio pasado en Vancouver; a fines de Setiembre, cuando acababan de recibir la noticia, Sophia comenzó a sentirse mal, a pesar que pronto asistió al médico, su situación empeoro progresivamente y ningún especialista daba con el diagnóstico correcto; a mediados de noviembre, Sophia entro en fase crítica y fue asi que llego al Toronto Western Hospital donde le practicaron una cirugía de emergencia para liberar presión en su cerebro.

A pesar de ello, la enfermedad infecciosa siguió su curso trágico y cayo en coma; el sábado pasado fue declarada con muerte cerebral.

Reflexión: esta situación nos pone sobre el tapete la pregunta: ¿Y dónde este Dios que permite que pase algo así?, ¿Cómo no asiste el Espíritu Santo el entendimiento de estas personas y deja que Sophia siga viva? Encontramos respuestas en el mismo Jesucristo quien en su dimensión divina perteneciente de la Santísima Trinidad y es Dios, decide llegar a la Tierra y padecer “el cáliz de sufrimiento”, mediante su Pasión y Muerte viene a darle un nuevo significado y sentido al sufrimiento del inocente; Dios no irrumpe al hombre, pues lo considera digno ya que es imagen y semejanza de ÉL, por ello defiende su libertad de elección y no puede intervenir en las resoluciones de los hombres; más sí viene a ofrecer un sentido al dolor del inocente.

En el Antiguo Testamento y aún algunos de nosotros, creemos que el sufrimiento y el dolor son consecuencia y fin de la expiación de nuestros pecados; pues el “Hijo de Dios” como Jesús se autonombra; el enviado sin pecado original y sin pecado alguno en su vida en la Tierra, mediante su Pasión, Muerte y Resurrección le da otro significado al dolor, en el camino de salvación. Dios promete un reino para los que sufren, les promete la salvación, la llegada hacia ÉL en el final de sus vidas.

Es decir, tenemos un camino, una dirección de fe; ésta no se basa en un camino sin dirección, tenemos una meta final hacia donde dirigirnos, tenemos de alguna manera las directrices de cómo llegar a esta meta final mediante el correcto obrar. La ley máxima que nos trae Jesucristo es el amor, pues por este mismo amor misericordioso de Dios es que nos deja vivir y elegir entre el bien y el mal, dándonos la posibilidad de una salvación final si decidimos por el correcto camino propuesto en su Revelación. Es difícil dar una crítica simplista y rápida a alguien de quien no conocemos, pues a ÉL lo podemos conocer por la razón, desde su historicidad y desde la fe misma, no ha dejado una Tradición y las Sagradas Escrituras donde encontramos su Palabra Divina, el obrar del hombre y también sus promesas de salvación; promete un Reino a quien sufre injustamente desde la postura del hombre.

Así como un padre a su hijo le presenta las opciones frente a un mismo dilema y le aconseja sobre qué debe decidir pero finalmente es el hijo el que da la respuesta y si se equivoca esta a su costado para secar sus lágrimas y cargar sus penas para que juntos vuelva a surgir; de la misma forma Dios como pastor de su rebaño, sigue a sus ovejas en el camino de salvación y si se pierden las acompaña para su regreso recibirla con un gran abrazo. Esta es la esencia del amor de todo Padre, pero no sólo es lo afectivo y volitivo, sino también le da las razones de sus actos y es lo que Dios nos va a dar, las razones y fundamentos de por qué creer y para qué; ÉL podría ser la Verdad que estas buscando a las preguntas que te planteas, búscalo y encontrarás.

Written by Rafael De la Piedra