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“Cada vez hay más exorcismos porque la sociedad ha dado la espalda al cristianismo”

El sacerdote exorcista José Antonio Fortea concede una entrevista con motivo de la reedición de su trata de demonología Summa Daemoniaca.

http://www.infovaticana.com/

¿Por qué Dios ha permitido el Mal? ¿Por qué existe todo un mundo de demonios? ¿Por qué junto a la felicidad infinita de Dios, existe todo un microcosmos de sufrimiento eterno? A estas preguntas trata de plantear una respuesta Summa Daemoniaca, un tratado de demonología acerca de la naturaleza del demonio, el infierno, la posesión diabólica, el exorcismo y todos los temas relacionados con el mal.

La editorial Sekotia ha publicado recientemente la reedición de este libro, en el que su autor, el Padre Fortea, incluye casos reales vividos directamente por él. La obra trata de abarcar todo lo que se conoce acerca de los demonios y del infierno desde el punto de vista de la Iglesia.

Aunque en un principio, el tratado estaba dirigido a los sacerdotes y teólogos, hasta su autor han llegado felicitaciones de personas de toda edad y con distintas situaciones personales que han asegurado que el libro les ha ayudado a convertirse y reconducir su vida.

En una entrevista que reproducimos a continuación, José Antonio Fortea, sacerdote exorcista y teólogo especializado en demonología, cuenta qué le llevo a escribir un tratado así y cómo el conocimiento del mal puede llevar muchas veces a la conversión:

– ¿Qué nos cuenta Summa Daemoniaca?

Summa Daemoniaca es una descripción de todo lo que es el estado de condenación del infierno. No es una historia es una especie de cartografía del mundo infernal.

– ¿Qué le llevó a escribir este libro?

El afán de conocer. Sé que puede parecer un poco extraño, pero mientras yo escribía reflexionaba. El libro es fruto de una reflexión larga, de años. Es como el paseo de la mente a través de lo que debe ser la vida de los ángeles que se han rebelado contra Dios.

– ¿El conocimiento de los temas que reflexiona puede acercar a la conversión?

Hay un conocimiento malo del bien y un conocimiento bueno del mal. Incluso el bien puede ser mal conocido de un modo deformado, de un modo que aleje del bien. La historia de la Iglesia se puede presentar de forma que la gente odie a la Iglesia. Es el conocimiento malo del bien. Sin embargo cabe un conocimiento bueno del mal.

Conocer el mal desde la palabra de Dios, desde la mente de Dios nos lleva al bien, aunque parezca paradójico. Por eso el mismo Dios colocó en el paraíso el árbol del conocimiento del Bien y del mal.

– ¿Es un libro divulgativo o para un público de una disciplina completa?

El libro fue escrito pensando en los sacerdotes, en los teólogos. Mi gran sorpresa ha sido que después lo han leído desde agricultores hasta jovencitos de dieciséis años, lo cual nunca estuvo en mis planes. Me llegan cartas diciéndome cómo les ha cambiado la vida. Yo nunca pensé que esto les iba a suceder. Jamás pensé que llegaría a gente tan distinta. Que una persona, después de leer el libro dijera “yo no quiero ir al infierno”. Y se confesó y empezó a ir a misa todos los domingos. Que un señor que no practicaba para nada la fe un libro sobre los demonios le llevó a cambiar toda su vida y quizá toda su eternidad.

– ¿Cómo está presente el demonio en nuestros días?

Como siempre lo ha estado, tentando. El demonio es el tentador, él recorre el mundo y se acerca a los hijos de Dios para sugerirles en sus mentes cosas que les alejen del Creador.

– ¿Cómo son de actuales los casos que cuenta?

Son simplemente un recorrido esencial a cerca de lo que sucede durante los exorcismos. Los casos son como los que aparecen en el evangelio. La gente que vaya a esperar fantasías cinematográficas quedará defraudada. Lo que va a encontrar es la realidad. Cualquier exorcista que lea el libro dirá sí esto es lo que realmente sucede durante las sesiones.

– ¿Qué fuentes ha utilizado para escribir este libro?

El libro realmente es fruto de la razón basándose en las sagradas escrituras. Hasta un ateo podría haber escrito el libro. Tomando una serie de conceptos metafísicos y basándonos en los datos que nos da la biblia uno puede construir una especie de arquitectura lógica todo este libro. Siempre he dicho a mis lectores que si alguno encuentra un fallo que me lo diga pues si es verdad que las razones que el otro me da son verdaderas, para mí no será ningún desdoro corregir un párrafo o una página o una entera cuestión de esta obra. La obra se tiene que fundamentar en la razón. A través de la fe. La fe nos da una serie de elementos básicos sobre los que construimos. Pero es una construcción lógica ante todo.

– ¿Nos puede adelantar alguna de estas cuestiones que podemos encontrar en este libro? ¿Qué destacaría?

Este es el libro que a mí me habría gustado encontrar en el seminario. Para leer por la noche antes de ir a la cama escondido en la biblioteca quizás con algún otro seminarista. Pero todo comienza por la pregunta esencial, la primera. Qué es un demonio. Qué es. Después avanzamos a cerca de lo que pude hacer el demonio seguimos después metiéndonos en detalles como odia Dios a los demonios. Dentro de la Iglesia a quién odia más el demonio. Después ya se pasa al tema exorcístico propiamente. De un modo teórico y práctico y finalmente hay un apéndice en el que reflexiona acerca del mal. Este apéndice para mí es muy querido porque después de haber dedicado cientos de páginas al demonio yo creo que era el momento óptimo para preguntarnos sobre el mal en sí mismo, ya con independencia del demonio.

– ¿Se explican en este libro falsos mitos creados en torno al demonio?

Se habla en el libro del 666, del anticristo e incluso de Hitler. Se tocan temas muy concretos. No es un libro que vaya hablar solo de lo abstracto. Hay todo el tiempo una armonía entre lo abstracto y lo concreto. Hay muchas personas que tienen errores respecto a lo abstracto y otras respecto a lo concreto. El libro en cierto modo dice: vamos a empezar de cero. No nos vamos a preocupar de ir retocando las falsas concepciones de la gente. Vamos a empezar desde cero: qué es un demonio, qué es el infierno, la condenación, la naturaleza misma de esa sociedad del inframundo. El que lea el libro encontrará qué cosas son, qué cosas no son, adecuadas a la palabra de Dios y a la teología.

– El número de exorcistas ha aumentado en las diócesis. ¿Por qué?

Las diócesis normalmente no tenían exorcista. Si alguna vez surgía un caso se designaba un sacerdote que se ocupara de ese caso, algo excepcional. Eso era lo normal. Había alguna pequeña excepción, santuarios en España, donde de forma regular se practicaban exorcismos, pero sí que es verdad que en la década de los noventa casi todas las curias diocesanas empezaron a experimentar un aumento sostenido de las personas que llamaban pidiendo ver al exorcista de la diócesis. Finalmente, muchas archidiócesis han acabado nombrando a un exorcista fijo. La causa de esto yo creo que está en que en una sociedad posmoderna como la actual, una sociedad que ha dado la espalda al cristianismo, que ha dado la espalda a los mandamientos de Dios, se ha vuelto cada vez más hacia formas esotéricas de espiritualidad, hacia el ocultismo, a experimentar con el tema de los espíritus y desde luego eso produce que haya más casos de personas con influencias. Más brujería, más casos con influencias demoníacas.

– ¿El origen de las sectas y de las prácticas satánicas de hoy en día es distinto que antiguamente?

Hasta los años 70 prácticamente en el caso de España, como en general en Europa, la población no practicaba ningún tipo de esoterismo. Podían ser más religiosos o menos religiosos, pero no estaba en el ambiente, no había brujos o personas que les pudieran guiar por ese camino. Era una sociedad muy cristiana. Y antes era una perfecta cristiandad. Si nos retrotraemos a años anteriores la presencia de la brujería siempre fue una cosa muy accidentada.

Alguna bruja aparecía, ejercía sus oficios muy de vez en cuando, una vez que moría no dejaba escuela. Sin embargo, a finales del siglo XX, no solamente en Europa sino también en Estados Unidos, se observa cada vez menor temor a prácticas esotéricas. Desde las más ligeras y abandonadas rápidamente como hacer la guija y el espiritismo, hasta ya pequeños grupos que se animan sin temor de Dios a hacer misas negras. En medio hay todo un gran rango de variedades y esto es lo que ha provocado un cambio en el ministerio de la Iglesia. Antes no se necesitaban tantos exorcistas.

– ¿De qué países vienen esas corrientes?

En España ha tenido mucha influencia el que se hayan asentado muchos santeros, que vienen de distintos países de Latinoamérica, y en menor medida los brujos africanos que sí que tienen influencia para los inmigrantes de esas naciones.

– ¿Actualmente la gente se fía mas del maligno? ¿Cómo afecta la crisis de fe de nuestro continente?

Afortunadamente casi todo el mundo o cree en Dios o por lo menos no se mete en cuestiones peligrosas de ocultismo. Son muchísimos más los que tienen fe en Dios, de un modo o de otro. Pero es una fe buena, pura, creen en Dios. Quizá no están seguros de la Iglesia, quizá no está seguros del cristianismo y hablan de forma general pero creen en la existencia de Dios. Siempre son muy pocos los que adoran al maligno con el nombre que sea. Son más los que simplemente creen que a través de la magia, la brujería o los hechizos pueden conseguir algo. Pero ellos no tienen la intención de adorar al maligno. Simplemente creen que hay fuerzas ocultas y que con un libro y unas fórmulas van a poder dominarlas.

– ¿Afronta este tema con temor?

Yo tuve la suerte de que cuando por fin tuve que orar por la primera persona, a solas, ya había visto 15 casos en Roma, con lo cual ya sabía de qué iba esto. Estuve con el Padre Amor durante una semana, de manera que no me enfrentaba completamente a lo desconocido. Tenía ya una cierta idea de lo que podía suceder. No tuve temor. Esa es la verdad.

Pueden bajar los libros del Padre Fortea: aquí

Written by Rafael De la Piedra