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El Papa recuerda a sus ex-alumnos que solo Dios calma la sed de los hombres

El Papa Benedicto XVI se reunió con sus ex-alumnos al finalizar el tradicional seminario veraniego en Castel Gandolgo del llamado «Ratzinger Schülerkreis» y les recordó que Dios es el agua viva que calma la sed de los hombres.

El seminario se realizó del 25 al 28 de agosto bajo el tema de «La Nueva Evangelización», en el contexto de la institución hecha por Benedicto XVI del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización. El domingo 28 de agosto, en el Centro Internacional Mariapolis, Benedicto XVI celebró la Santa Misa con los docentes, párrocos, religiosos, religiosas y laicos participantes del seminario, a quienes recordó una lectura del libro del Profeta Jeremías: «Mi alma tiene sed del Dios viviente; como tierra desierta, árida, te espera a ti, Dios viviente».

A continuación les ofrecemos las palabras que el Papa Benedicto XVI dirigió antes de la celebración de la Eucaristía del pasado domingo 28 de agosto, como conclusión del seminario estival de los ex-alumnos del Papa (Ratzinger Schülerkreis), que este año se ha centrado en el tema de la nueva evangelización.* * * * *
Queridos hermanos y hermanas,

hoy respondemos a la primera lectura, tomada del profeta Jeremías, con el Salmo 62: “mi alma tiene sed de ti, por ti suspira mi carne como tierra sedienta, reseca y sin agua”. En este tiempo de ausencia de Dios, cuando la tierra de las almas es árida y la gente no sabe de donde viene el agua viva, pedimos al Señor que se muestre. Queremos pedirle que a aquellos que buscan por todas partes el agua viva, les muestre que es Él mismo esta agua, y que Él no permite que la vida de los hombres, su sed por lo que es grande, por la plenitud, se ahogue y se sofoque en lo transitorio.

Queremos pedirle sobre todo por los jóvenes, que la sed de Él viva en ellos y que puedan reconocer donde se encuentra la respuesta.
Y nosotros, que lo hemos podido conocer desde la juventud, podemos pedir perdón, porque no somos capaces de llevar la luz de su rostro a los hombres, muy pobremente dejamos traslucir que “Él es, Él está presente y que Él es la realidad grande y plena que todos esperamos”. Pidámosle su perdón, que nos renueve con el agua viva de su Espíritu y que nos permita celebrar los sagrados Misterios dignamente.

Written by Rafael De la Piedra