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¿Tiene sentido tener fe hoy en día?
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La han matado despacio

Madrid 10 de febrero 2009

Eluana Englaro, la mujer italiana que llevaba 17 años en estado vegetativo, murió a las 20.10 horas de esta tarde, tres días después de que los médicos interrumpieran completamente la alimentación e hidratación artificial que la mantenían con vida.

Hace justo una semana, Englaro había sido ingresada en la clínica ‘La Quiete’ de Udine (norte de Italia) para que un equipo especializado de médicos le suspendiera progresivamente la nutrición.

El padre de la mujer, Beppino Englaro, que había batallado durante años hasta conseguir que la Justicia italiana autorizara la muerte de su hija, acogió la noticia entre lágrimas y lo único que pidió a los medios de comunicación es que ahora le dejen estar solo.

Por su parte, el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, manifestó su «profundo dolor» y expresó su «pesar ante la imposibilidad del Gobierno de salvar una vida», según precisó en una nota.

Desde que el Tribunal Supremo avaló la muerte de Eluana de modo definitivo, el Gobierno de Silvio Berlusconi intentó por todos los medios impedir el cumplimiento de la sentencia. En un primer momento emitió una directiva en la que prohibía a los centros sanitarios del país interrumpir la alimentación a todos los pacientes que se hallaban en la situación en que se encontraba Eluana.

Sin embargo, la familia Englaro encontró una estructura sanitaria, la clínica ‘La Quiete’, que quedaba fuera del ámbito de acción de dicha directiva. Ante esta perspectiva, el Gobierno intentó aprobar un decreto ley que, no obstante, fue rechazado por el presidente de la República, Giorgio Napolitano.

Aun con todo, Berlusconi no se dio por vencido y sus ministros aprobaron en tiempo récord un proyecto de ley que empezó hoy a ser debatido en el Parlamento, donde los partidos del Gobierno cuentan con una cómoda mayoría.

La noticia de la muerte de Eluana llegó en pleno debate. Después de guardar un minuto de silencio, la discusión subió de tono y tuvo que ser suspendida. Por un lado, el vicepresidente en la Cámara Alta del Pueblo de la Libertad (el partido de Berlusconi), Gaetano Quagliariello, aseguró que «Eluana no ha muerto sino que ha sido asesinada», mientras que la presidente del Partido Democrático (PD), Anna Finocchiaro, denunció la «absoluta, siniestra y vulgar instrumentalización» con que el Gobierno ha utilizado el caso de Eluana Englaro.

El ministro de Sanidad, Maurizio Sacconi, en cambio, consideró que el Parlamento debe continuar el debate sobre la ley que debe regular el testamento vital «para que el sacrificio de Eluana no haya sido inútil».

EL VATICANO INVOCA EL PERDÓN DE DIOS

Por su parte, el cardenal y presidente del Consejo Pontificio para la Sanidad del Vaticano, Javier Lozano Barragán, confió a la «misericordia de Dios a quien ha tomado la decisión» de suspender la alimentación a Eluana, por quien rezó para que «el Señor le abra las puertas del cielo, a ella que ha sufrido tanto en esta tierra».

Sin embargo, en este momento «tenemos que tener espíritu de perdón y reconciliación, no seguir con polémicas y continuar promoviendo el respeto absoluto por la vida», aseguró.

El obispo de Udine, monseñor Pietro Brollo, abrió la basílica de la ciudad, la Madonna delle Grazie, para que los numerosos ciudadanos que se han movilizado en estos días a favor de la vida puedan acudir a rezar por Eluana.

Tras conocerse la noticia de su muerte, el exterior de la clínica donde pasó sus últimas horas empezó a abarrotarse de personas, muchas de las cuales con pancartas, unas a favor y otras en contra de dejarla morir.

Written by Rafael De la Piedra