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Mons. Ghiberti: después del Carbono 14, la gente viene en masa a la Ostensión

Entrevista con el Presidente honorario de la Comisión para la Síndone: fue la confirmación «de la indipendencia de la devoción» frente a los resultados de la ciencia, según la cual sería medieval

DOMENICO AGASSO JR
http://vaticaninsider.lastampa.it/

Ayer llegaron a Turín peregrinos desde las Antillas para contemplar la Síndone. Durante el segundo domingo de la Ostensión los peregrinos más remotos fueron un grupo que vino desde Trinidad y Tobago. Eran alrededor de 60 fieles de la Iglesia de San Paul de Couva, guiados por fray Godfrey Stoute: «Ver la Sábana Santa fue un privilegio –dijo el religioso al salir de la Catedral de Turín. Me alegrará mucho describirla a mis fieles cuando regrese a Trinidad».

Mientras en la capital piamontesa se verifican episodios como este, Vatican Insider entrevistó a Mons. Giuseppe Ghiberti, Presidente honorario de la Comisión diocesana para la Síndone.

Excelencia, ¿qué es la Síndone?

La Síndone es un tejido de lino antiguo que tiene sobre su superficie (de alrededor de 4,43 por 1,13) una imagen particular: se ve dos veces la figura de un hombre, primero en posición dorsal y luego en posición facial. Se trata de un muerto debido a la tortura de la crucifixión, como resulta de la evidencia que muestran las heridas de las muñecas y los pies, provocadas por clavos, y con las caídas de sangre en las muñecas y en los brazos, explicables solo con la posición del brazo tendido hacia lo alto en la posición de la crucifixión. La figura, tenue pero clara, es el resultado de la ocidación acentuada de la parte superficial de las fibras del lino.

La sangre, en cambio, se puede distinguir por el típico color bermellón. A la tortura de la crucifixión, se añade la presencia de una flagelación devastadora, que se dio no solo en la parte trasera del cuerpo, desde la espalda hasta las pantorrillas, sino también en la parte anterior del cuerpo, alcanzada por los golpes. Una tortura particular fue inflingida en la cabeza, con la imposición de una especie de casco de puntas agudas, como sería posible con el uso de ramas ricas de espinas penetrantes. El rostro tiene los signos de golpes varios, como bofetadas y puñetazos. Los hombros soportaron un peso que dejó las huellas de esquimosis sobre la piel ya torturada por el flagelo. En la parte derecha del pecho, cerca del corazón, es muy visible una gran herida, de la que sale sangre comúnmente conocida en la medicina legal como sangre cadavérica, derramada post-mortem.

¿Cuál es la importancia para la fe y para los cristianos? ¿Los cristianos necesitan la Síndone?

La tela sindónica no indica el nombre del hombre crucificado que envolvió. Pero se puede constatar inmediatamente la correspondencia de lo que se presenta en esta “narración-imagen” con la “narración literaria” que los Evangelios nos ofrecen sobre los últimos momentos de la vida de Jesús: Pasión, muerte y sepultura. El Papa San Juan Pablo II llamó la Síndone “espejo del Evangelio”. Aunque no se indique el nombre del crucificado, todo alude a la historia de Jesús (antes de acudir a la ciencia) y esto explica el sentmiento de fuerte atracción ante ese testimonio misterioso, mudo y elocuente.

La alusión a la historia de Jesús se refiere a todas las razones de su vida, sufrimiento y muerte, por lo que se convierte en un instrumento de evangelización muy eficaz. Claro, los cristianos no necesitan la Síndone: de hecho, muchos han vivido su adhesión al Señor sin ni siquiera saber de la existencia de la Síndone, pero ella puede constituir un estímulo y una ayuda para todos los que entran en contacto con ella; sería absurdo no aprovechar este don. Hoy, la sensibilidad hacia la imagen aumenta su utilidad y la facilidad con las que se han difundido sus noticias sugiere que no hay que descuidar esta oportunidad de anuncio.

¿Cuál Ostensión recuerda particularmente o con mayor afecto? ¿Por qué?

Recuerdo las Ostensiones después de la Guerra: 1978, 1998, 2000 y 2010 (además de las Ostensiones televisivas de 1973 y 2013). Y conservo recuerdos especiales de cada una de ellas. Durante la que acumulé más emociones fue la de 1998, cuando me encontraba por primera vez como encargado de una responsabilidad especial. Acababa de suceder el terrible incendio del año anterior y teníamos que afrontar las dificultades de muchos límites impuestos por motivos de seguridad: el equipo estaba conformado en su mayoría por personas que no tenían recuerdos de la Ostensión anterior (la de 1978).

Sólo sabíamos que teníamos que organizar un sistema de reservaciones para regular el flujo de los peregrinos. En cambio, no sabíamos cómo habría sido recibida la invitación al peregrinaje, que llegaba a diez años del famoso análisis del carbono 14, que situaba a la Síndone en la Edad Media. En realidad, la respuesta no tuvo e consideración ese dato, demostrando la independencia de la “devoción sindónica” frente a los resultados de la ciencia. Es cierto que Dios hace fuertes nuestras debilidades.


Recientemente, la Universidad Católica de Murcia anunció que en el Sudario de Oviedo se encuentra el mismo polen que se encontró en la Síndone. ¿Qué quiere decir? ¿Qué opina al respecto?

A veces la superposición de dos problemas complica la situación; otras, sugiere soluciones útiles para ambos. La Síndone de Turín y el Sudario de Oviedo presentan muchos problemas, que, en parte, se superponen. Parece que el grupo sanguíneo de la persona cubierta por el sudario coincide con el del crucificado de la Síndone. Tal vez es posible explicar las extrañas posiciones de las manchas del sudario. En cuanto a las demás coincidencias, sigo con interés los resultados de los estudios de los colegas españoles, pero no los puedo acoger con una competencia específica. El 2 de mayo, en el encuentro internacional entre estudiosos en Turín, escucharemos probablemente resultados más precisos.

A pesar de todos los intentos de imitarla, Nello Balossino, profesor de la Universidad de Turín y experto en elaboración de imágenes, confirmó a Vatican Insider que la figura sindónica se comporta en parte como un negativo fotográfico, con información tridimensional, pero no ha sido posible volver a reproducir. ¿Qué quiere decir esto?

Me parece que la irreproducibilidad es innegable. Y no sabemos qué sucederá en el futuro. El hecho no definitivo no permite grandes conclusiones, pero por lo menos hace que la tesis de su factura medieval sea casi improbable. Los conocimientos que tenemos ahora no existían en el pasado y la casualidad del resultado es prácticamente un sinsentido, por su complejidad y porque es única.

Sin pretender anticipar futuros juicios, se podría afirmar la legitimidad de una referencia incluso pastoral de la imagen, por el mensaje que transmite a quienes se asoman a ella con un corazón y con una mente sensible.

Written by Rafael De la Piedra