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¿Tiene sentido tener fe hoy en día?
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Noé

Un buen comentario de la nueva película bíblica: Noé. 

Por: José María Aresté

De: http://www.aceprensa.com/

Vistosa película espectáculo de teología ficción, que parte de las páginas que el Génesis dedica a Noé y el diluvio universal para ampliar el lienzo. Ocho generaciones han transcurrido desde la pareja primigenia constituida por Adán y Eva. Después de que Caín matara a su hermano Abel, dos linajes pueblan la Tierra. El que viene de Caín es poco respetuoso con la naturaleza, son carnívoros y tienen en muy poca estima la vida humana. Mientras que los descendientes de Set, de los que quedan solo unos pocos, se alimentan de plantas y sí tienen conciencia de que deben cuidar la creación. Noé, uno de ellos y patriarca de una familia, tiene una visión. Dios le anuncia la destrucción del mundo y le encomienda la construcción de una gran arca donde habrá parejas de todas las especies animales y que albergará también a su familia.

Darren Aronofsky dirige y coescribe con su colaborador habitual Ari Handel esta película bíblica, alrededor de la cual se ha generado una polémica algo artificial acerca de si era suficientemente fiel a la fuente que la inspira, y de si respetaba las creencias de judíos, cristianos y musulmanes. La película no es problemática en tal sentido, pero el caso es que con muchos millones de dólares en juego, había temor al rechazo del público creyente, lo que parece notarse en un film frío y muy calculado, con estrategias tan obvias como la de tratar de conseguir el beneplácito del Papa Francisco.

La película funciona en algunos aspectos y muestra su debilidad en otros. Lo más logrado es Noé –bien Russell Crowe–, entre patriarcal y profético, investido de una misión, de ánimo apesadumbrado, y al que se le han insuflado rasgos de otros personajes bíblicos: hace pensar en Jonás a la hora de mostrar falta de compasión por el ser humano pecador, y en Abraham cuando se plantea sacrificar la vida de los de su propia sangre. Y alrededor de esto se suscitan cuestiones de interés, como la realidad del pecado, el castigo que merece, y las oportunidades que da el Creador, todo en un marco veterotestamentario, o sea, no vemos a un Dios personal interactuando con el hombre, a no ser a través de señales y visiones. Ideas como la de escudarse en que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios para suplantar precisamente a Dios, resultan sugerentes.

Pero en lo que es el puro entramado argumental, el resultado es irregular. El toque ecologista está pasado de rosca, no hace falta ser vegetariano para preocuparse del medio ambiente. Además, se quiere plantear un drama familiar y doméstico, y no todos los integrantes del clan tienen la misma fuerza. El abuelo Matusalén, en plan ermitaño en una cueva, anda algo perdido, y de los tres hijos de Noé, Sem y Jafet quedan muy desdibujados: solo al rebelde Cam se le perfila un poco mejor, al igual que a los personajes femeninos de Naamé –Jennifer Connelly–, esposa de Noé, y la huérfana y suerte de hija adoptiva Ila –Emma Watson–. El villano de turno de linaje cainita se salva gracias al poderío de Ray Winstone, porque resulta demasiado arquetípico.

Aronofsky es un director que visualmente siempre ha sido muy potente, pero aquí parece ahogarse –si se me permite la expresión– por los efectos especiales, llamativos –los bosques milagrosos, los animales que acuden al arca, el mundo cubierto por las aguas…– pero no especialmente imaginativos. En tal sentido se llevan la palma una especie de ángeles de roca semicaídos, los Vigilantes, que se dirían concebidos con el mismo software que los Transformers.

Written by Rafael De la Piedra

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