¡Bravo Romario!
En pleno Mundial de fútbol es bueno conocer el lado humano de un jugador polémico y controvertido como Romario pero que aquí se muestra más goleador que nunca. Hace un año que nació su hija Ivy y para celebrarlo realizó una enorme fiesta donde pidió a los invitados una donación de dos latas de leche en polvo y unos pañales para donarlos a una ONG que trabaja con gente pobre del municipio de Magé. Aquí coloco la noticia que fue dada sobre su hija Ivy cuando se despidió de la selección nacional el año pasado.
Romario, el astro brasileño de fútbol, dijo que su hija Ivy, nacida con Síndrome de Down hace 45 días, es «un regalo del cielo» y que lo ayudó a ser mejor, «más paciente y tolerante».Campeón mundial de fútbol en 1994 con la selección de Brasil, Romario de Souza Faría se despidió hace unos días del equipo nacional mostrando una camiseta con la inscripción: «Tengo una hijita Down que es una princesita». Ivy es el sexto hijo del futbolista, quien ya tuvo otra hija, Isabelinha, con su esposa, Isabela Bittencourt. Romario tiene otros cuatro hijos: Moniquinha y Romarinho, con su primera mujer, Mónica Santoro; Danielinha, con Danielle Favatto; y Raphael, con Edna Velho.
Romario fue una de las celebridades que apoyaron la campaña «Ser diferente es normal», cuya meta es terminar con la discriminación contra las personas con Síndrome de Down. En apoyo de este programa, importó de China cien mil pulseras rojas con la inscripción en inglés «Special love» (amor especial) para venderlas y destinar su recaudación a las instituciones de ayuda a quienes sufren esta alteración.»Hay muchos prejuicios sobre el síndrome, sobre todo por parte de los padres. Veo algunos padres de hijos portadores de Down que los esconden o no hablan sobre eso. Yo lo quiero mostrar, es normal», señaló.
Romario ha vivido un largo romance con la «torcida» (hinchada) de su país y la semana pasada, en el estadio Pacaembú de San Pablo, vistió por última vez la camiseta de la selección verdeamarilla de fútbol en un partido amistoso frente a Guatemala. «Ivy es como cualquier otro bebé: mama, duerme, llora. Es mi princesa y chininha (chinita), por la forma de sus ojos», contó a los periodistas.
“As coisas mudaram muito. A gente começa a dar valor a coisas que antes deixava pra trás. Tenho consciência de que poderia ter participado mais dos primeiros anos de vida dos meus outros cinco filhos. Pela profissão e pelo meu modo de ser, não fui assim. Mas agora, com a Ivy, estou vivendo cada momento intensamente. Não deixo passar um dia sem apertar essa bochecha”, dice Romário.
