El abuso de alcohol entre adolescentes, “un problema que se agrava”
Un problema que debería de tenerse más en cuenta ya que constituye una lacra social que tiene daños irreparables, especialmente en la juventud. Una nota – de España – acerca del abuso de alcohol entre adolescentes.
“No podemos seguir siendo tan permisivos”, alertan desde Sanidad ante una lacra que en 2015 llevó a 5.000 menores por intoxicación etílica a los servicios de urgencias, donde ya se detectan casos de niños de 11 años
El pasado 1 de noviembre, una niña de 12 años fallecía en el hospital Doce de Octubre de Madrid tras sufrir un coma etílico mientras participaba en un botellón durante la celebración de Halloween. La noticia hizo saltar las alamas sobre un problema que va a más: el abuso de alcohol entre adolescentes y jóvenes.
“Las encuestas nos dicen que el consumo en general entre menores va disminuyendo, pero el consumo de riesgo, con atracones y borracheras, aumenta. Y los menores empiezan a beber cada vez antes. La sociedad tiene que concienciarse y las leyes tienen que cumplirse. No podemos seguir siendo tan permisivos”, advierte Francisco de Asís Babín, delegado para el Plan Nacional de Drogas del Ministerio de Sanidad.
Babín considera que el problema es grave y va en aumento: “necesitamos abrir un debate social sobre una situación enormemente dañina para el desarrollo y la salud de nuestros menores”, añadía en unas declaraciones publicadas el pasado 20 de noviembre por el diario El País.
Las intoxicaciones detectadas, “la punta del iceberg”
De hecho, en 2015, al menos 5.000 menores fueron atendidos en los servicios de urgencias de los hospitales por intoxicación etílica. “Esos 5.000 menores son solo la punta del iceberg. En esa cifra son todos los que están pero no están todos los que son. Los que llegan a urgencias y no aparecen en las estadísticas son muchos, y muchos más los que precisarían ayuda médica pero se quedan solos y desprotegidos esperando a que se les pase la borrachera”.
Para los expertos, el momento clave es el paso de los menores a la ESO, cuando los adolescentes rondan los 12 años y empiezan a sentirse mayores y alternan también con otros niños de más edad.
Miguel Rodríguez, médico residente de pediatría del Hospital Puerta de Hierro de Madrid y que hace cuatro años que atiende en los servicios de urgencias pediátricas, destaca que muchas veces los menores atendidos tienen 12, 13 y 14 años, y que llegan solos al centro, en ambulancia.
“En ocasiones llegan chavales hipotérmicos que se han quedado solos dormidos en un banco de la calle en pleno invierno. El alcohol no solo es peligroso por el efecto directo sobre el organismo, sino por lo que puede suceder a un adolescente borracho que no tiene quien le ayude”, añade.
Aunque no es habitual, subraya que en cuatro años ha visto varios casos de comas etílicos en menores de 16 años, y alguna muerte. “Es un drama. Jóvenes sanos con toda la vida por delante que pueden perder la vida por haber bebido más de la cuenta. No tiene ningún sentido. Y todo enmarcado dentro de una gran permisividad social”.
Se emborrachan más que antes
Según la Encuesta sobre uso de drogas en enseñanzas secundarias en España 2014-2015, elaborada por el Ministerio de Sanidad, cerca del 80% de los chavales de entre 14 y 18 años ha bebido alcohol, y la edad media de inicio está en los 13,9 años.
Además, un 33,4% de los chicos y un 31% de las chicas habían tenido durante los 30 días anteriores a la encuesta algún atracón de alcohol (cinco copas o más) y el 22,2% se había emborrachado, según se puede observar en el siguiente gráfico, reproducido a partir de la Encuesta de Sanidad y publicado en El País.
Los 17 años es la edad en que se muestra mayor consumo de riesgo, con un 72% de los jóvenes que han consumido botellón en los últimos 12 meses; un 44,2% que se ha atracado de alcohol en los últimos 30 días; y un 33,1% que se ha emborrachado también en el último mes.
“En general, socialmente se le da poca importancia. […] Si ves a un chaval de 13 años bebiendo cubatas en el parque, no dices nada. No llama la atención. Y los chicos no se asustan ni cuando acaban en urgencias porque por lo general no se acuerdan de nada. Solo se preocupan cuando han estado muy mal y se lo cuenta algún amigo. Pero un chico de 13 años no piensa en su salud a largo plazo. No puede depender de ellos el beber o no”, comenta Miguel Rodríguez.
Babín coincide con el pediatra: “no podemos pedir a un menor que sea él quien se proteja del alcohol, porque no le toca; no ha madurado lo suficiente. Hay que impedir que tenga acceso a este tipo de bebidas”
https://www.youtube.com/watch?v=ApyVfmQk-sU
Demasiada permisividad social
Los expertos insisten en que actualmente hay una excesiva permisividad social ante el consumo de alcohol de los más pequeños.
“Las instituciones deben controlar que los menores no estén bebiendo en la calle y ofrecer más alternativas de ocio. Hay que enseñar a los padres a detectar el problema y a lidiar con él… y, sobre todo, lograr un cordón sanitario en torno a la venta de alcohol a los menores. Si no pueden comprar, el problema será menor”, destaca Babín.
Por su parte, el Observatorio Toxicológico fundado por la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría en 2008 insiste en que a los hospitales llegan ya con comas etílicos casos de niños de 11 años, cuando apenas están saliendo de la infancia para entrar en la adolescencia.
El grupo de facultativos de este publicó en 2011 un estudio comparativo de unas cifras recabadas en 2001-2002 y las cosechadas entre 2008 y 2010. El resultado obtenido fue el de que, una década después, las consultas en urgencias pediátricas por intoxicación etílica eran más del doble.
Los médicos pasaron de asistir un caso relacionado con el alcohol por cada 5.936 urgencias por intoxicaciones infantiles de todo tipo a recibir un caso por cada 2.316 episodios. Mientras en 2001 la edad mayoritaria eran los 14 años, 10 años después los chicos de 13 atendidos en urgencias hospitalarias por intoxicación etílica igualaban prácticamente a los de 14 y los de 12 ya eran mucho más que una anécdota.
También destacan que las chicas ya representan un 44% del total de los afectados y que las bebidas preferidas para estos atracones de alcohol que acaban en el hospital son el vodka y el tequila.