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¿Tiene sentido tener fe hoy en día?
¿Dónde encontrar las respuestas a nuestras inquietudes más profundas?
¿Cuáles son las razones para creer?

Proclamando el Reino: Blogueros con el Papa

Una interesante iniciativa que responde a los nuevos desafíos que trae el cyberespacio. «Razones para Creer» también participa de este valioso trabajo.

Por: Néstor Mora Núñez

Y llama a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos. Les ordenó que nada tomasen para el camino, fuera de un bastón: ni pan, ni alforja, ni calderilla en la faja (Mc 6, 7-8)

A estos doce envió Jesús, después de darles estas instrucciones: «No toméis camino de gentiles ni entréis en ciudad de samaritanos; dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis. No os procuréis oro, ni plata, ni calderilla en vuestras fajas; ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero merece su sustento.

«En la ciudad o pueblo en que entréis, informaos de quién hay en él digno, y quedaos allí hasta que salgáis. Al entrar en la casa, saludadla. Si la casa es digna, llegue a ella vuestra paz; mas si no es digna, vuestra paz se vuelva a vosotros. Y si no se os recibe ni se escuchan vuestras palabras, salid de la casa o de la ciudad aquella sacudiendo el polvo de vuestros pies. Yo os aseguro: el día del Juicio habrá menos rigor para la tierra de Sodoma y Gomorra que para aquella ciudad. «Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos. Sed, pues, prudentes como las serpientes, y sencillos como las palomas.

Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas; y por mi causa seréis llevados ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Más cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros. «Entregará a la muerte hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres y los matarán. Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará. (Mt 10, 5-22)

Estos fragmentos de los Evangelios de San Marcos y San Mateo son muy interesantes, ya que no ponen en aviso sobre los peligros que acechan a quien anuncia el Reino de Dios y cómo superarlos.

Quienes escribimos en los nuevos medios sociales, tenemos que ser conscientes que somos un poco como los apóstoles que recibieron el encargo de predicar la Buena Noticia en la Palestina del siglo I. Hay mucho que aprender de las palabras de Cristo. Les dijo a sus Apóstoles que partieran de dos en dos, es decir, que no fuesen solos ya que la soledad nunca es buena cuando es necesario afrontar dificultades. Dos personas conforman la comunidad más pequeña y la que propicia que un tercero se acerque y se una.

Lo blogueros no podemos andar solos. Debemos unirnos y así sentirnos acompañados en el camino que recorremos en el continente digital. No faltarán ocasiones en donde sea necesario que nos apoyemos. No debemos estar dispuestos a recibir a cambio nada y si lo recibimos, nunca viene mal darlo a la caridad. Lo que hemos recibido gratis, hemos de darlo gratis. Si entramos en casa de alguien, como usted estimado lector, hemos de agradecer que nos atienda y nos lea con la benevolencia que sabemos que tiene con nosotros. Pero hemos de ser cautos al mismo tiempo que sencillos. Si alguien nos cuestiona, hemos de agradecerle que se tome el trabajo de hacerlo. Se aprende más contrastando entendimientos, que en el silencio desafectado. Si el cuestionamiento es destructivo, tenemos que saber devolver bien por mal, certezas por dudas, confianza por desconfianza, amistad por confrontación. Lo que tengamos que alegar, no debe de proceder de nosotros, sino del Espíritu que nos auxilia en esos momentos.

Por eso algunos de nosotros hemos decidido andar unidos el camino digital por medio de una asociación: la asociación de Blogueros con el Papa. Con ella no pretendemos más que cumplir el mandato de Cristo, caminado unidos por el continente digital.

Tenemos un portal que hemos estrenado hace pocas fechas: http://www.bloguerosconelpapa.org/. Les invito a visitarlo. Este portal nos permitirá difundir nuestras actividades, talleres, propuestas, ideas y reuniones. Ahora estamos decidiendo dónde y cuándo nos reuniremos por segunda vez. La primera vez fue el pasado agosto en los primeros días de la JMJ en Madrid.

Seguro que se preguntará por el nombre que hemos elegido. ¿Por qué Blogueros con el Papa? La respuesta es simple. El Santo Padre es un signo universal de la centralidad de Cristo. Si tenemos por referencia al Santo Padre, no serán nuestros “cristos” personales los que prevalezcan, sino Cristo centro y sentido de todo lo que existe. Además, la veneración por la figura del Santo Padre nos permite sentirnos incluidos dentro de la Iglesia y trabajar por Ella con nuestras humildes fuerzas.

En el Blogger Meeting que se realizó el pasado mes de mayo en el Vaticano, el P. Federico Lombardi compartió, con quienes tuvimos la gracia de asistir, un par de frases que todavía resuenan en mi cabeza:

« Los bloggers católicos son la opinión pública de la Iglesia. El magisterio conciliar había previsto esta realidad.»

«El ego es un elemento problemático /significativo de la realidad de los bloggers. Yo lo veo como un problema que también se refleja del punto de vista existencial. Dado que yo vivo mi trabajo como comunicador en el servicio de la palabra: soy un enemigo total del… ego.  En esta comunicación, la dimensión de servicio a mi interlocutor, es la clave. Un servicio para el crecimiento de una comunidad humana en democracia, respeto y diálogo»

En este sentido, la “profesión de bloguero” conlleva una responsabilidad considerable que sólo puede ser satisfecha desde la negación las fatuas vanidades que puede conllevar escribir en los nuevos medio de sociales. Entiéndase “profesión” no como un medio de ganarse vida, sino como el oficio que hacemos nuestro cada vez que escribimos. Más que ganarnos la vida, deberíamos estar dispuestos a “perderla” por Cristo, ya que será entonces cuando la ganemos realmente.

Estimado lector,  gracias por permitirme entrar en su casa o lugar de trabajo. Que Dios le bendiga.

Written by Rafael De la Piedra