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Shyamalan: el superhéroe inquebrantable, escindido y frágil

Una profunda mirada sobre la madura película de Night Shymalan: Glass pero desde el pensamiento de sus anteriores películas. Héctor Makishi – del blog Cine con Sentido – nos llevará a entender la profundidad del pensamiento de este inquietante escritor y director de cine.

https://cine7consentido.wordpress.com/2019/02/16/shyamalan-el-superheroe-inquebrantable-escindido-y-fragil/

Night Shyamalan ha hecho una lectura alternativa al mundo de los superhéroes, al mundo Marvel y DC Comics. En esta saga, con ese tono casi místico que nos tiene acostumbrado, no es importante el origen del súper-poder, simplemente está en algún ciudadano común y silvestre que casi no tiene conciencia de ello. Es necesario la intervención de un mediador, para que el superhéroe emerja de esa oscuridad silenciosa del alma.

FICHA TÉCNICA:

Título: El protegido / Fragmentado / Glass Título original: Unbreakeble / Split / Glass Año: 2000 / 2017 / 2019 Guion y Director: M. Night Shyamalan Protagonistas: Samuel L. Jackson, Bruce Willis y James McAvoy. País: Estados Unidos Duración: 106/ 116/ 128 minutos.

Mi calificación (por la Triología): 3.7 / 5
Nivel de spoiler: 2/5
Clasificación: 13+
Dónde la veo: Netflix / Youtube / Cine

Nota aclarativa: El presente análisis pretende ser más filosófico que cinematográfico, por lo tanto, voy más a lo esencial, como se suele hacer en filosofía, que a los detalles formales del cine. No es un análisis de las tres películas de manera minuciosa, sino que busco entender la causa final, ese Motor Inmóvil del cine de Shyamalan.

Night Shyamalan ha hecho una lectura alternativa al mundo de los superhéroes, al mundo Marvel y DC Comics. En esta saga, con ese tono casi místico que nos tiene acostumbrado, no es importante el origen del súper-poder, simplemente está en algún ciudadano común y silvestre que casi no tiene conciencia de ello. Es necesario la intervención de un mediador, para que el superhéroe emerja de esa oscuridad silenciosa del alma.

Shyamalan no es un cineasta de thrillers ni de terror, aunque lo sea. Es ante todo un ser solitario que reflexiona sobre el hombre, buscando encontrar un sentido. No sé si esto le viene por sus raíces hindúes o indias (no es lo mismo), o por su devoción temprana a Hitchcock o Spielberg, o por una mezcla de ambas, pero para él, la vida es un misterio inconmensurable que ha dejado las pistas desperdigadas para su develamiento en un universo que tiene tanto de naturaleza como de manufactura humana.

En la concepción del director, hay una necesidad que la humanidad tome conciencia de que podemos ser seres extraordinarios capaces de transformar un mundo que se hunde en la iniquidad impune de una organización social ineficiente. Esto es lo que nos narran los comics: así como hay una maldad desenfrenada y poderosa, del mismo modo, la bondad tiene sus recursos para restaurar el orden en la sociedad, fundamento para la paz. No obstante para que esta restauración se logre, es necesario de una decisión ética y libre de un individuo en particular. No es que el cosmos, en esa armonía oriental del Ying y el Yang, se nivela de forma necesaria. Aquí la libertad humana está por encima de todo condicionamiento externo o cósmico. El hombre es quien decide elevarse a su máxima potencia o simplemente, quedarse a media máquina de sus posibilidades.

De ahí que Mr. Glass (Samuel Jackson), a pesar de su psicopatía y múltiples genocidios, lo llegamos a apreciar porque abre un mundo vetado para nosotros. Lucha contra esas voces temerosas que temen al cambio y nos piden «normalidad». Es una suerte Morfeo que nos saca de la Matrix para despertar a nuestra misión en la vida.

Luego está David Dunn (Bruce Willis) que sabiéndose inquebrantable, va como un Vengador Anónimo por las calles, impartiendo justicia, guiado por sus intuiciones asertivas. Él, al asumir su misión, queda solo con su hijo sin una vida normal posible. Y es que como decía el tío Ben: «Un gran poder conlleva una gran responsabilidad»

Finalmente, Kevin Wendell Crumb (James McAvoy), un hombre joven que padece trastorno de identidad disociativo y posee 23 personalidades más una especial que es la Bestia. Él quiere purificar el mundo, de esas mujeres que haciendo alarde de su belleza, se llevan a todos por delante. Es un personaje que visto así es inconsistente, hasta políticamente incorrecto. Como que no da la talla para superhéroe, pero es el más consciente de su poder y la actuación de James McAvoy en sus múltiples papeles, justifica el personaje, las dos películas en que aparece y una historia interesante para pensar.

Shyamalan, sin tantos efectos especiales y con un presupuesto bajo, ha transformado el discurso clásico de los superhéroes marca Marvel y DC Comics en una pregunta: ¿es real que las fuerzas del bien superarán a las del mal o es que la aspiración a la paz y a la justicia mundial es una ilusión proscrita que alimenta una esperanza sin fundamento? ¿Qué hay en lo profundo del corazón del hombre?

A lo mejor, Heráclito tenía razón: «Jamás podrás hallar las fronteras del alma, por más que recorras sus sendas; tan profundo es su Logos».

Esto ya, hace más de dos mil quinientos años atrás, acaso, cuando el mito y la razón explicaban al unísono, la realidad… Así como los comics, esa literatura subvalorada que ilumina el abismo del misterio.

Written by Rafael De la Piedra