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Cardenal Zen: “Los ateos dirigen la Iglesia Católica”

Hong Kong (China) , 01 de Ago. 2011 ( AICA ): Con casi 80 años, el Cardenal Zen Ze-kiun, arzobispo emérito de Hong Kong, escribió un texto titulado «Los ateos dirigen la Iglesia Católica», en el que critica la docilidad de la llamada «Asociación Patriótica China Católica». El purpurado responde así a una nota de la Administración Estatal para los Asuntos Religiosos (el organismo chino que vigila a las religiones) en la que se alababa la «ardiente fe católica» de los tres nuevos obispos “patrióticos”, nombrados sin permiso de Roma, y que de hecho quedan tan excomulgados como los que los consagraron.

La preocupación evangelizadora de los comunistas

«Podemos entender que el Gobierno defienda a sus marionetas diciendo que son políticamente correctos o alabando su coraje para resistir la presión extranjera; pero ahora ensalza su ardiente fe católica, y dice que ‘las ordenaciones sin mandato papal son necesarias para el normal funcionamiento de la Iglesia, para la actividad pastoral y evangelizadora’”, expresa el cardenal Zen.
“¿Están ciegos? ¿No pueden ver cómo funciona la Iglesia Católica en el resto del mundo? ¿Es que la situación de China fuerza al Gobierno a dirigir una Iglesia que ya no puede reconocerse como católica? Están siendo el hazmerreír del mundo», denuncia el cardenal.

Para él está claro que el Gobierno y la Iglesia «patriótica» crearon una iglesia independiente que elige y ordena sus propios obispos unilateralmente.

«Que busquen a alguien de bastante peso, como Martín Lutero o Enrique VIII, que aporte status a su nueva iglesia, pero no tienen derecho a usurpar el nombre de ‘Iglesia Católica’», protesta el cardenal.

«Con violencia limitan las libertades personales; incluso ofendieron la dignidad de conciencia. Desprecian por completo la autoridad y gentileza de nuestro Santo Padre y aún osan decir que tienen sincera voluntad de diálogo. Es la mayor mentira del mundo», lamenta el cardenal Zen Ze-kiun.

Y sobre los tres nuevos obispos impuestos por el gobierno comunista dice: «La generalidad de los fieles católicos en China rechazará a estos oportunistas y estará siempre al lado del Papa. Nadie sabe cuánto durará el severo invierno, pero nuestros fieles no tienen miedo, o superarán su miedo con fe y oración, que les dará fuerzas para imitar a los mártires canonizados y a los innumerables héroes de la fe, para dar testimonio valiente de nuestro Salvador Resucitado».

El cardenal Zen concluye su carta con un saludo a los cristianos «de un viejo hermano que casi siente vergüenza por vivir en libertad».

Obispos heroicos

La nota del cardenal Zen se une a una serie de actitudes de heroica fidelidad a la Iglesia y al Papa, por parte de los católicos chinos, jerarquía y fieles, porque ahora toca a los fieles leales a Roma pagar las consecuencias de su lealtad.

La Santa Sede lamentó y elevó su protesta a las autoridades chinas que obligaron a participar en la ceremonia de ilegítima consagración a algunos obispos que se habían negado a hacerlo voluntariamente.

La nota vaticana además les recordaba que la resistencia «es meritoria ante Dios y suscita la admiración de toda la Iglesia. Ese aprecio se dirige también a las personas consagradas y a los fieles que defendieron a sus pastores, acompañándolos en este momento difícil con la oración y compartiendo su sufrimiento íntimo».

Y es que tras esa rebeldía evangélica hay nombres propios, rostros identificables de personas que sufren en carne propia el precio de su fidelidad. Por ejemplo, el obispo de Liaoning, Pablo Pei Junmin, estuvo continuamente rodeado de sus sacerdotes, en oración con él para evitar su secuestro por el régimen; ya en otras ocasiones fue sometido a tortura psicológica.

Otro prelado, monseñor Cai Bingrui Xiamen, consiguió esconderse, pero ahora la policía. lo busca para capturarlo. En diciembre, el obispo de Cangzhou, monseñor Li Lianghui, logró escapar para no ser forzado a asistir a una asamblea de la Iglesia Patriótica China, pero la policía lo capturó y lo mantuvo aislado tres meses aplicándole sistemas de «lavado de cerebro» para convencerlo de las «buenas intenciones» del Partido hacia la Iglesia.

Pero la escalada de tensión de los últimos meses está obteniendo el resultado contrario. Cada vez más páginas web chinas publican los comunicados de la Santa Sede sobre la situación, a pesar del riesgo que envuelve hacerlo con todo lo que contradiga las directrices gubernamentales, y cada vez es mayor el número de obispos que se niegan rotundamente a cualquier apariencia de colaboración con los cismáticos.

Written by Rafael De la Piedra