LOGO

¿Tiene sentido tener fe hoy en día?
¿Dónde encontrar las respuestas a nuestras inquietudes más profundas?
¿Cuáles son las razones para creer?

Colombia; la Iglesia lista para intermediar cc21919e92 Full view

Colombia; la Iglesia lista para intermediar

Después de la muerte violenta del líder guerrillero de las Farc, el episcopado se moviliza “políticamente” para defender la justicia social y los valores no negociables
Por: GIACOMO GALEAZZI
Ciudad DEL VATICANO

La Iglesia se pronuncia en defensa de «los valores no negociables» y de la justicia social, pero, sobre todo, para pacificar la nación. Movilización “política” del episcopado de Colombia. Tras la muerte del líder de las Farc, la Iglesia insiste en el diálogo y en la no violencia. En la Radio Vaticana, el secretario de la conferencia episcopal de Colombia (Cec), monseñor Juan Vicente Córdoba, auxiliar de Bucaramanga, dijo que espera que la muerte del líder de las Farc, conocido como “Alfonso Cano”, no desencadene una nueva oleada de violencia y ha insistido en que se debe favorecer el diálogo para llegar a la paz.

La noticia de la muerte de Cano fue confirmada el 4 de noviembre, como resultado de la operación del ejército “Odiseo” en la zona de Cauca, al sudoeste del país. La muerte de Cano llega tras las de Luis Edgar Dávila, alias “Raúl Reyes”, en marzo de 2008, y Víctor Julio Suárez Rojas, alias “Mono Jojoy”, en septiembre de 2010. Cano era considerado el ideólogo de las Farc desde que sucedió en 2008 a Manuel Marulanda Vélez, alias Tiro Fijo, y que dirigió el timón de la guerrilla narco-terrorista durante 40 años.

Monseñor Córdoba dijo que la Iglesia no festeja la muerte de nadie, ni la de Cuillermo León Sáenz Vargas (nombre verdadero de Alfonso Cano), pero comprende la situación de conflicto en el país y reconoce el trabajo de los militares para llevar a cabo su deber de mantener el orden en la nación. En la nota que recibió la agencia Fides de la Ewtn se lee que el Secretario de la Cec subrayó que estos guerrilleros muertos «tienen una familia y una dignidad. Pero el ejército debe asumir sus responsabilidades para garantizar la seguridad, y lo está haciendo bien». Y después añadió: «la violencia lleva a la violencia, pero a veces se justifica cuando se trata de la defensa de la propia vida o del orden de una nación. No es, claramente, la vía ideal. Como Iglesia reafirmamos que el recorrido hacia la paz es el diálogo».

En cuanto a las Farc, el obispo dijo a la Radio Vaticana que «entre los guerrilleros, Alfonso Cano era uno de los más preparados y, tal vez, uno de los más dispuestos a la posibilidad de un diálogo; ahora no sabemos quién se ocupará de ello, pero debemos ser realistas y decir que la violencia nunca ha sido la vía ni el método para llevar a cabo ideales nobles como la justicia, la igualdad y la lucha contra la pobreza». Muchos fieles colombianos están rezando por la paz y están reflexionando sobre su misión como actores de la paz en las circunstancias que viven cotidianamente, así como su comportamiento, las acciones y las omisiones que obstaculizan la construcción de la paz. En concreto, el episcopado colombiano subraya dos cosas: que un gran número de colombianos vuelvan a poseer las tierras de las que fueron despojados durante la guerra y el empeño de la ciudadanía por el respeto de la biodiversidad, de la cultura y de los espacios comunes. Además de pedir que se acaben los secuestros, la violencia en contra de niños y mujeres, el conflicto armado, el narcotráfico y la corrupción.

«En estos momentos en los que se alzan los gritos de las víctimas de la inseguridad, la indiferencia y el conflicto armado, la invitación es la de construir la paz con base en nuestras posibilidades individuales de acción e incidencia», recomiendan los religiosos colombianos. En julio, el presidente de la Conferencia episcopal de Colombia (Cec), mons. Rubén Salazar Gómez, había insistido en que la Iglesia Católica pedía que llegara a su fin el conflicto armado del país. En esa ocasión fue entrevistado por los periodistas y habló sobre las operaciones militares en contra de Alfonso Cano; mons. Salazar Gómez afirmó que «desgraciadamente, en la lógica de un conflicto armado se verifican este tipo de acciones».

El episcopado colombiano puntualizó en julio que «lo ideal sería que esto no sucediera en nuestra patria, lo ideal sería vivir verdaderamente la paz… que no hubiera insurgencias armadas y que el estado buscara la justicia en todos los campos con todos los medios posibles, y entonces, que todos los ciudadanos pudieran tener acceso a los derechos y cumplir con sus deberes». El mensaje del presidente de los religiosos colombianos siempre ha pedido el fin del conflicto: «creo que Colombia ha evolucionado en los últimos años lo suficiente para que haya una verdadera concertación, un diálogo, para que todos participen verdaderamente en la construcción de un país mejor».

Written by Rafael De la Piedra