Desenmascarando a Disney: Un reino nocivo para los niños

 Henry Giroux es un importante teórico estadounidense, fundador de la pedagogía crítica, que propone, a través de la práctica, que los estudiantes alcancen una conciencia crítica dentro de su sociedad.

En un estudio titulado “Estimulando a la juventud: La Disneysación de la cultura infantil”, el autor cuestiona la carga emocional y social que conlleva para los menores convertirse en seguidores de las producciones del emporio del ratón Mickey, que incluye películas, marca de ropa, juguetes, etc. Actualmente, el alcance de Disney incluye al Perú, donde muchos niños crecen bajo la tutela de sus producciones, con la venia de los padres de familia y maestros. CREANDO NIÑOS SIN CRÍTICA

Son las “historias gigantescas” –plagadas de tecnología de última generación– y la construcción de un mundo de juego y fantasía en un ambiente adulto los ingredientes clave para que Disney logre captar a los menores.

Nos dice Giroux que el problema surge en que tanto las películas como el “Reino Mágico” priorizan el placer sobre la crítica. Es decir, los niños reciben un mensaje que los vuelve soldados de lo establecido, sin capacidad de cuestionar, opinar ni refutar, pues la “inocencia” de la que se ha hecho abanderado Disney no la discuten ni los padres ni los maestros.

Esta imagen de inocencia que destila la defiende de las críticas y la convierte en un ícono de la cultura americana. La inocencia es también la máscara promocional que cubre magistralmente sus tácticas marketeras.

Es decir, es tal la presencia de Disney en los pequeños que estos terminan por convertirse en consumidores no solo de las películas, sino también de los CD, de las vestimentas, los dulces, etc.

TRABAJAN CON EL FENOTIPO Y LEGITIMIZAN ROLES

En las películas se incentiva, por ejemplo, la aversión a la cultura árabe, mostrándolos como bárbaros, violentistas, casi inhumanos. La generalización es también un arma letal de Disney, que viene cargada de un contenido racial bastante fuerte. Es decir, el blanco, caucásico y con rasgos estadounidenses es evidentemente bueno, así como la mala –en el caso de las mujeres– será siempre la mujer pasada de peso y poco agraciada.

Los niños son vistos como sujetos y objetos. Sujetos que servirán para construir la sociedad plagada de valores conservadores y comerciales, que además se presentan como los reestructuradores de la humanidad, cuando en realidad terminan por erosionarla. Y objetos que le serán útiles a Disney para continuar con el imperio de los billones.

LA SIRENITA: CALLADITA TE VES MÁS BONITA

La construcción de la identidad de género se muestra claramente en la película protagonizada por la sirena de nombre Ariel. La trama muestra a una sirena pelirroja y hermosa, dependiente de su padre, pero con ansias de conocer el mundo de los hombres. Hasta ahí todo bien.

Resulta que, tras fugar, la sirenita hace un pacto con la malvada Úrsula, quien le concede piernas para salir al mundo de los humanosy conquistar a un guapo hombre con el cual nunca habla (o sea, le dan las piernas pero, a cambio, se queda sin habla), se besan yse enamoran, pero Ariel no habla hasta después.

En un pasaje de la película, Úrsula le dice que no se angustie por haber perdido el habla, pues “a los hombres no les gusta que las mujeres hablen”. Finalmente, esta “valiente” sirenita se casa con el apuesto caballero y viven felices. La sirenita ahora está a cargo del príncipe.

Esta falta de autonomía femenina se evidencia en todas las películas de Disney protagonizadas por mujeres, mostrándolas débiles y eternas enamoradas, reflejando que el deseo, la elección y el poder tienen que ver con enamorar a un hombre.

ALADINO Y EL REPUDIO A LOS ÁRABES

Por su parte, Aladino es un hombre atractivo, al igual que la bella Jazmín. Si bien ellos también son árabes, se evidencian rasgos estadounidenses en su físico, pues no en vano se basaron en el actor Tom Cruise para crear al personaje protagónico. En cambio, para demostrar la perversidad, los rasgos de los que fungen de malos han sido exagerados para demostrar que efectivamente se trata de árabes.

Pero este ensañamiento de Disney con la cultura árabe se muestra también en la película “El Rey León”. La música de inicio, cantada por tantos niños, es un himno que describe despectivamente a los árabes, calificándolos de bárbaros y violentos.

El verdadero rol de Disney –un imperio que no está exento de ideología, poderoso y político– es formar identidades individuales y convertir a los niños en consumidores.

EL DATO

The Walt Disney Company cerró su año fiscal 2012 con un beneficio neto de 5 682 millones de dólares, 18% más que el ejercicio anterior. Solo en el año 1996 facturó 667.7 millones de dólares en películas, 330 millones en producción y 525.6 millones por ingresos en sus parques temáticos y resorts

MILAGROS OLIVERA
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