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Estados Unidos, esa serie televisiva que ridiculiza a las («perras») cristianas: GCB

Un programa en el centro de la polémica: «¿Qué sucedería si este lenguaje de odio fuera usado contra otras confesiones religiosas?»

MARCO TOSATTI

La polémica se ha encendido en Estados Unidos a causa de un programa –»Buenas perras cristianas», que ha cambiado más tarde su nombre por «Buenas bellas cristianas»- transmitido por la ABC TV, que, según las intenciones, será también retransmitido en Australia y Nueva Zelanda.

El título en inglés es igual al del libro en el cual está basada la serie: «Good Christian B…», «GCB» su acrónimo. Y las propuestas de boicot se han alzado inmediatamente desde varios frentes: contra el programa, contra la ABC TV y contra las empresas que han comprado espacios publicitarios dentro de la serie. El material de promoción del programa muestra el eslogan: «Ama a tu prójimo», sobre la imagen de una mujer en minifalda, con una capa de coro. En la página de GCB se ve un rosario que cuelga del título del show, y una invitación a «compartir tus confesiones» en cambio de la posibilidad de ganar un Kindle GCB.

Carlene Cockburn (interpretada por Krstin Chenoweth) es la antagonista de la heroína Amanda Vaughn (Leslie Bibbs). Está cotilleando sobre el hecho de que el marido de Amanda, muerto en un accidente de tráfico, estaba haciendo sexo oral en coche con su novia antes del impacto. Y dice: «Señoras, no es apropiado hablar de estas cosas por teléfono. Nos vemos en la iglesia». La madre de Amanda, una mujer muy de iglesia, hace todo lo que puede para corromper a Amanda y a sus hijos. Enseña a los nietos a mezclar bebidas alcohólicas, e incita a la nieta a ostentar el canal entre los senos en la escuela. Pero dice: «Si vivís en mi casa, tenéis que ir a la iglesia». Amanda afirma que desea que sus hijos encuentren su espiritualidad. Pero la madre rebate: «¡No te compliques! Mis nietos irán a la iglesia, así podrán entrar en el paraíso. Se acabó la historia, ¡amén!.

Otra imagen promocional muestra una cruz engastada de diamantes en el fondo del amplio seno de una mujer. En el programa se mezcla inmoralidad y materialismo; un miembro de la iglesia, Zack, que posee una tienda de coches, trata de seducir a Amanda. Otra asidua de la iglesia, Blake, está con su mozo de cuadra en un puesto de un mercado, junto a Amanda, que ve como se acarician por debajo de la mesa. La madre de Amanda dice que Dios quiere que ella tenga un nuevo abrigo de piel. «Dios a menudo me habla a través de Christian Dior», afirma.

A Heather, otra asidua de la iglesia, se la describe como una «cotilla sin igual… conoce la vida de todos». Pero esta característica ha permitido que se haga rica traficando con inmuebles. «Puedes hacer grandes negocios con los inmuebles, cuando sabes que el matrimonio de alguno se está derrumbando. Nadie consigue transformar mejor que Heather el dolor en una comisión del 6 por ciento». ¡Las «perras cristianas»! Heather incluida, tratando de sabotear los intentos de Amanda para encontrar casa y trabajo. Creen que quiera arrebatar Zack a su mujer. Frustrada, Amanda encuentra trabajo como camarera medio desnuda en un bar de cocktails, el “Booby-licious”.

Peter Vallone Jr. un político de neoyorquino, ha pedido el boicot. Incluso después de que en el título del programa fuera cambiada la palabra «bitches» por «belles». «No engañan a nadie, con ese truco -ha dicho Vallone. No se puede cambiar algo que ya ha entrado en las mentes. No somos estúpidos». Y pide un cambio completo del título, y que la red televisiva pida disculpas. «No puedo ni siquiera imaginar una televisión que use ese tipo de lenguaje hacia cualquier otra fe», ha declarado Vallone. Y de hecho, si una representación de ese tipo fuera dirigida a otros credos, o grupos identificables, se podría tranquilamente hablar de “hate speech”, lenguaje del odio, con el que «se expresa odio y desprecio hacia los miembros de un grupo identificable».

Es lo que afirma HSLDA, una organización sin ánimo de lucro que lucha desde hace treinta años en América para garantizar el derecho de los padres de educar privadamente a sus hijos. ABC TV ha decidido convertir en blanco a los cristianos de lo que en realidad en un «hate speech», escribe el director de HSLDA. «Este programa pone en ridículo a los cristianos, el cristianismo, la Biblia y los símbolos cristianos de un modo que sería impensable si se refiriera a cualquier otro grupo religioso. Por ejemplo, en la página en Facebook se dice que ‘canal entre los senos ayuda a mantener derecho el crucifijo’. ¿Se podría imaginar la reacción de la comunidad musulmana si un mensaje de este tipo, con una foto altamente sugestiva incluida, tuviera como blanco la fe islámica?»

Concluye HSLDA: «Estas decisiones han sido posibilitadas por el hecho que está haciéndose públicamente aceptable humillar el cristianismo».

Y un comentarista se asombra de que el productor ejecutivo del programa, Darren Star, homosexual judío, Alan Poul, director del programa y Aaron Kaplan, también ellos de origen judío, no hayan demostrado más sensibilidad hacia un tema, el del hate speech religioso, que ha marcado profundamente a la comunidad judía, y es uno de los caballos de batalla de la Anti Defamation League.

Written by Rafael De la Piedra