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Leyendo los diarios del domingo

Acabo de terminar de leer mi ronda habitual dominguera de leer algunos periódicos on- line. Han sido artículos de opinión, reportajes, política, actualidad, etc. Si fuese un alienígena – que mucha gente cree que ya están entre nosotros disfrazados de lagartos – pensaría que la raza humana está hecha principalmente de personas de un muy bajo nivel intelectual. Esto para decir de una manera políticamente correcta que estamos llenos de tontos o de personas sinceramente ingenuas.

Me sigue impresionando – gracias a Dios lo sigue haciendo – cómo se destilan tintas o bits para hablar de los perritos que han sido encontrados abandonados en tal lugar y que quién quiera adoptarlos lo puede hacer realizando así un gesto de extrema humanidad. No quiero ir contra la ecología ni mucho menos – que San Juan Pablo II brillantemente colocaba en el lugar adecuado al hablar de la ecología humana – pero poner esta noticia en un “diario serio de circulación mundial” me parece algo absolutamente irrelevante.

Ver como los diarios de mi país le dedican extensos espacios a la farándula citadina es realmente asfixiante. Colocar cómo una señorita – con todo respeto a la susodicha – se pone a llorar desconsoladamente en pleno “reality” porque su pareja – que le había jurado amor eterno – la dejó…”¡pod favod!” – como diría sabiamente Guille1 – es algo muy melodramático. Parece, mas bien una puesta en escena.

Las mentiras, las calumnias, el pensamiento único, la manipulación de los hechos, los lobbies; son el pan diario que leemos en todos los periódicos, todos los días. Todo se reduce al impacto que se quiere crear en el momento adecuado. Entonces, quien golpea más fuerte es el que gana.

Quis est Veritas?2 Decía Poncio Pilatos hace más de dos mil años. Su pregunta tiene una demoledora vigencia. Ante tanta manipulación de la verdad – que Santo Tomás definía como el conocer la realidad – uno ya no sabe a quién creerle. Y audazmente me aventuro a hacer la misma pregunta que hacía cuando de niño iba al cine: ¿Y quiénes son los buenos de la película? La respuesta puede ser: no sé, no hagas preguntas tan tontas, eso es relativo, no existe el bien, etc, etc. Antiguamente parecería que era más fácil responderla.

Que estamos en un momento de profundo cambio cultural, eso es evidente. Pero creo que a diferencia de otras etapas de la historia; en ésta se nos pide que dejemos la inteligencia de lado de manera tal que en el fondo – como diría Horace Greeley3 – lleguemos a pensar que «el sentido común es el menos común de los sentidos». Y entonces ahí comienza el verdadero “Cambalache” .

Por: Rafael de la Piedra

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1. Guille es el hermano pequeño de Mafalda creados por el humorista gráfico argentino Quino. Protagoniza de continuo las típicas travesuras y desperfectos domésticos de los niños de primera infancia. Tiende a ser algo irreverente con sus padres, y es un contestatario (con todos) de primera clase. Guille le hace a Mafalda, con el tiempo, las preguntas que ésta había hecho en el pasado, dejando a su hermana sin respuestas y creando situaciones incómodas en público.
2. Cita de Juan 18,38. Frase de Poncio Pilato dirigida a Jesús que quiere decir ¿Qué es la Verdad? O ¿Qué cosa es la Verdad?
Horace Greeley (3 de febrero de 1811 – 29 de noviembre de 1872), periodista y político estadounidense. Fue uno de los fundadores del Partido Republicano (1854) y director del New York Tribune, el periódico más influyente de los Estados Unidos (entre 1840 y 1870).
3. Cambalache es un irónico tango argentino compuesto en 1934 por Enrique Santos Discépolo para la película El alma del bandoneón, estrenada al año siguiente, en donde se habla de lo confuso de la cultura de ese momento. “¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón! Cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón…”

Written by Rafael De la Piedra