Sobre la suspensión del P. Garatea

El caso del Padre Gastón Garatea ha dado que hablar en la Iglesia del Perú. El P. Garatea, que integró la polémica Comisión de la Verdad y Reconciliación, es un conocido promotor de la teología marxista de la liberación y de temas polémicos que van en contra la doctrina de la Iglesia, como las uniones homosexuales. 

Durante la campaña para las elecciones presidenciales de 2011 Garatea apoyó una propuesta legal para legalizar las uniones civiles del mismo sexo, justificándola con el argumento de que «podemos estar en contra de un matrimonio entre personas del mismo sexo, pero una unión civil no hay problema». Además relativizó el celibato sacerdotal.  Les comparto un artículo de un gran amigo , Manuel Rodriguez,  sobre este espinoso tema.

Por: Manuel Rodriguez

De:http://roncuaz.blogspot.com

Esto que voy a decir no va a gustar, supongo, pero es lo que realmente pienso de esta triste noticia con los datos que tengo. Yo no conozco personalmente al Padre Garatea ni muy a fondo el caso, pero me queda claro que lo que ha dicho de las uniones homosexuales contradice la enseñanza de la Iglesia. Y me queda claro por las palabras de sus mismos defensores no pedidos.

Ocurre que la Iglesia Católica no vive de la popularidad sino de su adhesión a Jesucristo. La Persona y el mensaje de Jesús de Nazaret son su razón de ser y la fuente de donde recibe su vitalidad. Y al igual que su Fundador le están prometidas incomprensiones y persecuciones de las mismas personas a las que anuncia su mensaje de salvación.

El amor predicado y vivido por Jesús es la base de la actividad de la Iglesia que se expresa a lo largo de la historia con las miserias y las glorias que los hombres vivimos. Somos nosotros la contradicción y la debilidad de la Iglesia. Justamente por esa razón es que existe el magisterio entregado por Jesucristo a los obispos, especialmente al Obispo de Roma que preside a los cristianos en la caridad y el servicio.

Los presbíteros participan de ese magisterio en comunión con los obispos, sobre todo en las cuestiones fundamentales de fe y costumbres. Si un presbítero contradice frontalmente la enseñanza de la Iglesia, está traicionando la razón de ser de su ministerio y su obispo no sólo tiene el derecho de llamarlo al orden sino la obligación de hacerlo. Y ambos, derecho y obligación, son un deber de caridad cristiana para con el Pueblo de Dios. La suspensión del padre Garatea no es un caso nuevo ni escandaloso en sentido alguno. Sus opiniones contradicen enseñanzas muy claras que la Iglesia universal imparte desde sus inicios. El Cardenal Cipriani, se piense lo que se piense de él, sólo ha cumplido su obligación.

Y bueno, cuando algo de esto lamentablemente ocurre, siempre saltan opinadores que pontifican sobre lo que debería ser la Iglesia según sus propias opiniones. Son libres de hacerlo tanto como la misma Iglesia es libre de decidir desde sus propias obligaciones. Las opiniones, los rumores, las simpatías o antipatías no son en estos casos materia de consideración una vez que se ha establecido con claridad una falta.

Al mismo tiempo, la sanción no es un castigo sino una consecuencia lógica del mismo acto y una invitación a la conversión. Quiero pensar que el silencio del Padre Garatea, sea una expresión de haber comprendido y abrazado cristianamente esto último.

Soy un profesor universitario, me gusta escuchar aunque ahora estoy un poco sordo, leer y escribir, ver películas y comentarlas, jugar con mis hijos, sobre todo hacerles cosquillas…