Una nueva religión: Ctrl- C / Ctrl- V: Kopimism
Algo que realmente va más allá de todo lo imaginable: la religión de Kopimism.
Se vienen raudos muchos fenómenos sociales novedosos relacionados con la comunicación informática a través de internet; por lo pronto ya podemos comentar uno, bastante especial: un joven gordito y con cara de buena gente de veinte años, Isak Gerson, estudiante de filosofía, ha logrado inscribir en Suecia una “religión” denominada el Kopimism.
De momento tiene el lema o la máxima espiritual que dice: “Copiar en Internet es bueno y sagrado”, por lo que el Ctrl-C / Ctrl-V se presenta como su signo de identidad y proyección. (Como todos sabemos son los comandos usados para trasnsportar un documento escrito, visual, visual en movimiento, sonoro, audiovisual, recreativo, etc. de un archivo a otro).
Al parecer Gerson sostiene reuniones con “estudiantes pirata” sobre temas de propiedad intelectual, literatura y tecnología de la información. Silvia Hernando, en El país, llama “milagro” al fenómeno, y hace eco sobre la huelga de 30 webs, (Google, Wikipedia, etc.) en protesta por las leyes estadounidenses SOPA y PIPA, contra la piratería online.
Los “kopimistas” son personas calculadoras que tiene la creencia filosófica de que toda la información debe ser distribuida libremente y sin restricciones. Esta filosofía se opone a los derechos de autor en todas sus formas. Por ello fomentan la piratería de todo tipo de medios como música, películas, programas de televisión y software.
A estas alturas muchas pensarán que esto no es nada nuevo. Claro, no es nuevo, pero si se acepta como “doctrina”, se genera un conflicto con las “normas de conducta”. De allí, hay un pequeño paso a los códigos de ética, a los códigos civiles, y finalmente a la jurisprudencia. Y eso si suena a nuevo.
Imaginémonos que con sus veinte años de edad, el casi adolescente Isak (nombre bíblico, por cierto) “arrastra a miles y miles de adolescentes… ¿No estaríamos hablando de un fenómeno social inédito? Sí. Si los kopimistas se movilizan, predican y logran adeptos, pueden llegar a constituir una institución tan poderosa cuanto mejor organizada esté.
Al grito de «¡Cópiame!» —que parece decir, «¡Sígueme!»— salen a sumar. Y puesto que somos póngidos y la imitación es una herramienta de desarrollo social e intelectual, no es de extrañar que nuestros niños y niñas vengan a espetarnos: «¿Para qué hacer un tedioso trabajo leyendo libros o explorando la realidad si puedo usar el Ctrl–C / Ctrl–V?».
Se lee en uno de los comentarios de su web, fechado hace doce días: «Hola Isak, soy Cristóbal, periodista radial en Munich. Ahora, que la religión se reconoció finalmente, queremos entrevistarte otra vez. Nuestro programa comienza a las 16:00, así que grabaremos a las 14:30. Llámame al 0049-89/5900-17646». Y la radio tiene poder.
¿Cuáles serán las consecuencias de esta utilísima y revolucionaria forma de defender el derecho a pensar y a difundir las ideas? Si verdaderamente estamos viviendo un cambio de época, indudablemente esta nueva bandera de libertad de expresión, sumada a otras como colgar videos de denuncia ante la opacidad de las televisoras oficiales, es vital.
Su nombre Kopimism, proviene de las voces inglesas «copy me» (cópiame), y cuenta —de creerles a él y a sus seguidores— con cuatro mil adeptos. Ver: http://www.isakgerson.se
