LOGO

¿Tiene sentido tener fe hoy en día?
¿Dónde encontrar las respuestas a nuestras inquietudes más profundas?
¿Cuáles son las razones para creer?

  • Home  /
  • Iglesia   / Francisco   /
  • «La Iglesia es una gran orquesta en la que hay variedad», Papa Francisco
«La Iglesia es una gran orquesta en la que hay variedad», Papa Francisco Udienza generale di Papa Francesco Full view

«La Iglesia es una gran orquesta en la que hay variedad», Papa Francisco

El Santo Padre ha dedicado la catequesis de la audiencia general de los miércoles a la catolicidad y al concepto de ser católico. Además, en los saludos en diversas lenguas al final de la catequesis, el Papa se ha dirigido con afecto especial a los obispos de la Iglesia de tradición alejandrina de Etiopía y Eritrea, reiterando que estaba muy cerca de ellos «en la oración y el dolor por los tantos hijos de su tierra que han perdido la vida en la tragedia de Lampedusa».

Papa Francisco llegó con el Jeep blanco y sin paraguas bajo la lluvia. Después de una de las vueltas que acostumbra dar por la Plaza San Pedro entre los fieles, para saludar y besar niños, intercambiar solideos y recibir camisetas, exhortó: «En este día tan feo, han sido muy valientes. Felicidades».  El Pontífice prosiguió su catequesis sobre la Iglesia, reflexionando sobre la «catolicidad». Sobre todo se preguntó: «¿Qué significa ser católico?». «Deriva del griego “kath’olòn”, que quiere decir “según el todo”, la totalidad. Y, ¿en qué sentido se aplica esta totalidad a la Iglesia? ¿En qué sentido decimos que la Iglesia es católica? Diría que por tres aspectos fundamentales».

Aquí les comparto el texto completo de la audiencia general:

Queridos hermanos y hermanas, ¡Buenos días!

Veo que hoy a pesar de ser una jornada fea, han sido valientes, ¿eh? ¡Felicitaciones! Felicitaciones…

«Creo en la Iglesia una, santa, católica… «. Hoy hacemos una pausa para reflexionar sobre esta nota de la Iglesia, decimos «católica», ¿eh? De la catolicidad. En primer lugar: ¿qué significa católico? Viene del griego «kath’olòn» que significa «de acuerdo con el todo», la totalidad. En ese sentido, esta totalidad se aplica a toda la Iglesia. En ese sentido decimos que la Iglesia es católica. Yo diría en tres significados fundamentales.

1. El primero. La Iglesia es católica porque es el espacio, la casa en la que se anuncia toda la fe, en la que la salvación que Cristo nos ha traído se ofrece a todos. La Iglesia nos hace encontrar la misericordia de Dios que nos transforma, porque en ella está presente Jesucristo, que le da la verdadera confesión de fe, la plenitud de la vida sacramental, la autenticidad del ministerio ordenado. En la Iglesia, cada uno de nosotros encuentra lo que es necesario para creer, para vivir como cristianos, para ser santos, para caminar en todos los lugares y en todas las épocas.

Por poner un ejemplo, podemos decir que es como en la vida familiar. En familia, a cada uno de nosotros se nos da todo lo que nos permite crecer, madurar, vivir. No se puede crecer solos, no puede caminar solos, aislándonos, sino que se camina y se crece en comunidad, en una familia. Y así, la Iglesia es así.

En la Iglesia podemos escuchar la Palabra de Dios, seguros que es el mensaje que el Señor nos ha dado; en la Iglesia podemos encontrar al Señor en los sacramentos que son ventanas abiertas por donde se nos da la luz de Dios, arroyos de los cuales tomamos la misma vida de Dios; en la Iglesia aprendemos a vivir en comunión el amor que viene de Dios. Cada uno de nosotros puede preguntarse ¿Cómo vivo en la Iglesia? Cuando voy a la Iglesia, ¿es como si fuera al estadio, a un partido de fútbol? ¿Es como si fuera al cine? ¡No! ¡Es otra cosa! ¿Cómo voy a la iglesia? ¿Cómo acepto los dones que me ofrece, para crecer, madurar como cristiano? ¿Participo en la vida comunitaria o voy a la iglesia y me encierro en mis problemas, aislándome de los demás? En este primer sentido, la Iglesia es católica porque es la casa de todos: todos somos hijos de la Iglesia y todos estamos en esa casa.

2. Un segundo significado: la Iglesia es católica porque es universal, se extiende por todo el mundo y anuncia el Evangelio a todos los hombres y todas las mujeres. La Iglesia no es un grupo de élite, sólo para unos pocos. La Iglesia no tiene cierres, es enviada a todo el mundo, a toda la humanidad. Y la única Iglesia está presente incluso en las partes más pequeñas de la misma.

Todos podemos decir: en mi parroquia está presente la Iglesia católica, porque ella también es parte de la Iglesia universal, porque también tiene la plenitud de los dones de Cristo, la fe, los Sacramentos, el ministerio; está en comunión con el Obispo, con el Papa y está abierta a todos, sin distinción.

La Iglesia no está solamente a la sombra de nuestro campanario, sino que abraza una gran variedad de gentes, de pueblos que profesan la misma fe, que se nutren de la misma Eucaristía, que son atendidos por los mismos Pastores. ¡Sentirse en comunión con todas las iglesias, con todas las comunidades católicas grandes y pequeñas de todo el mundo!

¡Es bonito esto! Y luego, sentirnos que todos estamos en misión, pequeñas o grandes comunidades, todos tenemos que abrir nuestras puertas y salir para anunciar el Evangelio. Preguntémonos entonces: ¿qué estoy haciendo para comunicar a los demás la alegría del encuentro con el Señor, la alegría de pertenecer a la Iglesia? ¡Proclamar y dar testimonio de la fe no es una cuestión de unos pocos, se refiere también a mí, a ti, a cada uno de nosotros!

3. Una tercera y última reflexión: la Iglesia es católica, porque es la «Casa de la armonía», donde la unidad y la diversidad hábilmente se combinan entre sí para ser riqueza». Pensemos en la imagen de la sinfonía, que significa acuerdo y armonía, diferentes instrumentos tocan juntos, cada uno conserva su timbre inconfundible y las características de sonido se funden y acuerdan en algo común.

Luego está el que guía, el director, y en la sinfonía que se ejecuta todos tocan juntos en «armonía», pero no se borra el timbre de cada instrumento, la peculiaridad propia, ¡sino que se valoriza al máximo!

Es una bella imagen que nos dice que la Iglesia es como una gran orquesta, en la que hay variedad,

No todos somos iguales, y no debemos ser iguales. Todos somos diversos, diferentes, cada uno con sus propias cualidades y esa es la belleza de la Iglesia: cada uno trae lo propio, lo que Dios le dio, para enriquecer a los demás. Y entre los miembros hay esta diversidad, pero es una diversidad que no entra en conflicto, no se contrapone; es una variedad que se deja fundir en armonía por el Espíritu Santo; Él es el verdadero «Maestro», y Él mismo es la armonía.

Y ahora preguntémonos: ¿en nuestras comunidades vivimos en armonía, o discutimos entre nosotros? En mi parroquia, en mi movimiento, en la Iglesia ¿Hay habladurías? Y, si hay habladurías, no hay armonía: hay lucha. Y ésta no es la Iglesia: la Iglesia es la armonía de todos. Nunca hablen uno contra el otro, nunca se peleen. Aceptemos al otro, aceptemos que haya una justa variedad, que esto sea diferente, que éste piense así, o piense asá? ¿Pero, en la misma fe se puede pensar así, O tendemos a uniformarlo todo?

¡La uniformidad mata la vida. La vida de la Iglesia es variedad, y cuando queremos poner esta uniformidad en todo, matamos los dones del Espíritu Santo! Oremos al Espíritu Santo, que es el autor de esta unidad en la variedad, de esta armonía, para que nos haga cada vez más «católicos», ¡en esta Iglesia que es católica y universal! Gracias.

Written by Rafael De la Piedra