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Benedicto XVI pide a San Martín de Porres que interceda «por la nueva evangelización» Captura Full view

Benedicto XVI pide a San Martín de Porres que interceda «por la nueva evangelización»

El Papa ha pedido este domingo durante el Regina Coeli a San Martín de Porres que interceda «por los trabajos de la nueva evangelización», coincidiendo con el 50 aniversario de la canonización del santo peruano.

«Hoy recordamos el 50 aniversario de la canonización de San Martín de Porres, al que pedimos que interceda por los trabajos de la nueva evangelización», ha señalado el Santo Padre ante los miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro.

Ofrecemos las palabras del Papa al introducir la oración mariana del tiempo pascual.

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¡Queridos hermanos y hermanas!

El evangelio de hoy, Quinto Domingo de Pascua, se inicia con la imagen de la viña. Jesús dijo a sus discípulos: «Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el viñador» (Jn. 15,1). A menudo, en la biblia, a Israel se le compara con la viña fecunda cuando le es fiel a Dios; pero si se aleja de Él, se vuelve estéril, incapaz de producir aquel «vino que recrea el corazón del hombre», como canta el salmo 104 (v. 15).

La viña verdadera de Dios, la vida verdadera, es Jesús, quien con su sacrificio de amor nos da la salvación, nos abre el camino para ser parte de esta viña. Y como Cristo permanece en el amor de Dios Padre, así los discípulos, sabiamente podados por la palabra del Maestro (cf. Jn. 15,2-4), si están profundamente unidos a Él, se convierten en sarmientos fecundos, que producen cosechas abundantes. San Francisco de Sales escribe: «La rama unida y articulada al tronco rinde fruto no por su propia virtud, sino en virtud de la cepa: nosotros estamos unidos por el amor a nuestro Redentor, como los miembros a la cabeza; por eso es que las buenas obras, portando el valor de Él, merecen la vida eterna» (Trattato dell’amore di Dio, XI, 6, Roma 2011, 601).

En el día de nuestro bautismo, la Iglesia nos injerta como sarmientos en el misterio pascual de Jesús, en su propia persona. De esta raíz recibimos la preciosa savia para participar en la vida divina. Como discípulos, también nosotros, con la ayuda de los pastores de la Iglesia, crecemos en la viña del Señor unidos por su amor. «Si el fruto que debemos portar es el amor, su premisa es este «permanecer”, que tiene que ver profundamente con aquella fe que no abandona al Señor» (Gesù di Nazaret, Milán 2007, 305). Es indispensable permanecer siempre unidos a Jesús, depender de Él, porque sin Él no podemos hacer nada (cf. Jn. 15,5).

En una carta escrita a Juan el profeta, que vivió en el desierto de Gaza en el siglo V, un creyente hacía la pregunta: ¿Cómo es posible tener el hombre la libertad, y a la vez no poder hacer nada sin Dios? Y el monje responde: Si el hombre inclina su corazón hacia el bien y pide ayuda de Dios, recibe la fuerza necesaria para llevar a cabo su trabajo. Por eso es que la libertad humana y el poder de Dios van juntos. Esto es posible porque el bien viene del Señor, pero se realiza gracias a sus fieles (cf. Ef. 763, SC 468, París 2002, 206).

El verdadero «permanecer» en Cristo garantiza la eficacia de la oración, como dice el beato cisterciense Guerrico de Igny: «Oh Señor Jesús, … sin ti no podemos hacer nada. Porque tú eres el verdadero jardinero, creador, cultivador y custodio de tu jardín, que plantas con tu palabra, riegas con tu espíritu y haces crecer con tu fuerza» (Sermo ad excitandam devotionem in psalmodia, SC 202, 1973, 522).

Queridos amigos, cada uno de nosotros es como un sarmiento, que vive solo si hace crecer cada día con la oración, con la participación a los sacramentos y con la caridad, su unión con el Señor. Y quien ama a Jesús, la vid verdadera, produce frutos de fe para una abundante cosecha espiritual. Supliquémosle a la Madre de Dios, para que permanezcamos injertados de forma segura en Jesús, y que toda nuestra acción tenga en Él su principio y su final.

A los peregrinos de habla hispana, les dijo: «Dirijo mi cordial saludo a los peregrinos de lengua española que participan en esta oración mariana. El Evangelio de hoy nos presenta la hermosa imagen de la viña y los sarmientos, con la cual nos manifiesta cómo la unión con Cristo es la fuente de vida y nos lleva a dar mucho fruto»

Benedicto XVI hizo mención de modo especial al santo peruano conocido popularmente como Fray Escoba: «Hoy recordamos también el cincuenta aniversario de la canonización de san Martín de Porres, al que pedimos que interceda por los trabajos de la nueva evangelización, que haga florecer la santidad en la Iglesia. Invoquemos a la Santísima Virgen María para que nos acompañe en este camino».

Traducido del original italiano por José Antonio Varela V.

Written by Rafael De la Piedra