Cardenal Schönborn: «Eso es lo que significa ser cristianos»

En la Catedral de San Esteban de Viena ha sido proclamada Beata Hildegard Burjan, laica, madre de familia, activamente comprometida en política y fundadora de la Hermanas de la Caritas Socialis. Un excelente ejemplo de fe y vida cotidiana.

Por: GIACOMO GALEAZZIROMA

En la Catedral de San Esteban de Viena ha sido proclamada Beata Hildegard Burjan, laica, madre de familia, activamente comprometida en política y fundadora de la Hermanas de la Caritas Socialis. El rito ha sido concelebrado por el cardenal arzobispo de Viena, Christoph Schönborn, y –en representación del Papa- el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

Radio Vaticana refiere: «Gran fiesta en Austria con ocasión de la Beatificación de Hildegard Burjan: nacida en 1883, alemana de origen judío, se convierte al catolicismo; cuando se casa se traslada a Viena, donde es elegida diputado del parlamento austriaco. Vive la actividad política como un servicio al Evangelio, a favor de los trabajadores oprimidos, siguiendo la encíclica social Rerum Novarum del Papa León XIII. En 1912 funda la Asociación de trabajadoras cristianas a domicilio, ayuda a las poblaciones hambrientas, crea una red de asistencia a las familias, combate el trabajo de los menores.

En 1919 funda las Hermanas de la Caritas Socialis. Mientras Hildegard vive plenamente la familia: tiene una bella hija, Lisa, aunque por motivos de salud los médicos le habían aconsejado abortar, yéndose a encontrar con su rechazo. Está acostumbrada a dar la vida cada día.  Ve el rostro de Jesús en los más pobres y en los que sufren, tiene sed de justicia: «con el dinero y las pequeñas limosnas –decía- no se ayuda a las personas, es necesario hacer que confíen en que son alguien y pueden hacer algo».

Hildegard –ha afirmado el cardenal Christoph Schönborn- es la demostración de que la santidad es posible en política: es posible convertirse en santos en el mundo de la política. Y es una grandísima alegría el hecho de que con Hildegard Burjan sea beatificada la primera mujer elegida democráticamente. Es determinante la credibilidad para ser santos. La credibilidad que nace de la coherencia entre la fe que se profesa y el modo en el cual se vive: el hecho de que entre lo que «se cree» y el modo de vivir haya una verdadera correspondencia.Nada da testimonio más claramente de la fe que la vida, la acción convincente.

Y sin dudas, precisamente ha sido esto lo que ha hecho que Hildegard Burjan sea convincente. Hildegard era una mujer de una profundísima fe, que vivía su fe. Fue una mujer excepcional, una verdadera cristiana. Hildegard por lo tanto dio testimonio del Evangelio con sus obras. Sobre todo con la acción ha anunciado el Evangelio. Hoy se habla mucho de «nueva evangelización».

Muchos se preguntan: ¿Qué significa en realidad? Creo que la beatificación de Hildegard Burjan haya llegado en el momento justo, para subrayar precisamente que lo más importante es la acción. Hildegard es una cristiana que convence sin muchas palabras, porque actúa. En nuestra época tenemos que aprender de nuevo a entender lo que significa ser discípulos. Y para hacer esto no necesitamos teorías, sino ejemplos, personas que se expresen con los hechos. ¿Qué significa ser discípulos de Jesús hoy? Es suficiente mirar a Hildegard Burjan: ¡Eso es lo que significa ser cristianos!»