El sincretismo religioso
Por: Ricardo Narvaez Tossi
Son numerosos los libros, textos, entrevistas y otros que nos afirman y reafirman constantemente que en el Peru la religiosidad popular es básicamente sincretismo, religiosidad pagana, pre-hispánica, con un ropaje cristiano para evitar las persecuciones y torturas de la Iglesia desde el Virreinato.
La resistencia indígena al blanco, al español abusador, al cura opresor, pasaba por la astucia del engaño, de hacerles creer que los indios se habían convertido al cristianismo. Y de tanto repetir esta cantaleta, empezando en los colegios, cada vez son mas los que se la terminan creyendo.
En el fondo estas aproximaciones expresan un desprecio a la religiosidad popular, un entusiasmo por la secularización del cristianismo y considerar a la Iglesia como la principal propulsora de una alienación espiritual de los pobres, donde las jerarquías eclesiásticas se alían con las elites para fomentar su dominio, opiniones compartidas por un sector de la Iglesia desde la teología marxista de la liberación o la teología india.
La religiosidad popular católica es una expresión cultural valida de la fe cristiana profesada por la Iglesia, ella es practicada por la mayoría de los católicos, posee una fuerza evangelizadora perenne, comunica a sus seguidores sabiduría espiritual y humanismo cristiano y que necesita continuamente de la guía vigilante de los pastores del Pueblo de Dios, como lo afirma el P. Rodrigo Sánchez Arjona S.J.
Que nuestro pueblo se ha convertido a la fe, y la vive con intensidad hace siglos, es una verdad tan grande como el mismo Peru. El Papa Juan Pablo II en sus visitas al Peru nos mostraba que el catolicismo popular es la expresión de la fe otorgada por Dios a los sencillos de corazón.
Hay una conexión inseparable entre cultura y religión, que implica que esta última es vivida con matices singulares en cada lugar, que en Peru se manifiesta en las fiestas del Corpus, en las devociones al Cristo crucificado, en las advocaciones muy diversas de la Virgen Maria, en las peregrinaciones a numerosos santuarios, en las procesiones y fiestas de santos patronos, etc. Es una fe que además tiene un acentuado carácter corporal, con imágenes, gestos, colores, sonido, música, bailes, penitencias físicas. Es una fe cargada de sabiduría, de contemplación, de dolor y pobreza.
Los que niegan estas realidades por opciones ideologizadas o politizadas, son mas bien los que impulsan y promueven el sincretismo religioso. Promueven pagos a la tierra para ver en ello actos paganos. Ven en fiestas turísticas como el Inti Raimi una autentica manifestación de fe incaica Se extasían contemplando bailes donde los dioses indígenas supuestamente triunfan sobre el Dios cristiano, etc.
No negamos que hay que ir orientando y purificando nuestra religiosidad popular, pero si hay algún aumento en este sincretismo, es porque es abiertamente promovido desde estas posiciones anti católicas e ideologizadas. Cuando no se entiende que el Peru ha sido evangelizado, que los peruanos pobres y campesinos tienen una autentica y sincera religiosidad popular, es que la realidad se lee distorsionada y prejuiciada, con desprecio por la fe de los mas sencillos.
