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Galileo y el Vaticano

En el Año dedicado a la Astronomía, el Vaticano retoma el interés por Galileo Galilei con conciertos, celebraciones liturgicas y congresos.

El 31 de octubre de 1992, Juan Pablo II reconoció públicamente los errores cometidos por el tribunal eclesiástico que juzgó al científico de Pisa. El cardenal Poupard fue el responsable de revisar este caso que ha sido conocido como uno de los mayores conflictos entre ciencia y fe.

Para el subsecretario del Pontificio Consejo para la Cultura, Melchor Sánchez de Toca. Juan Pablo II fue determinante en este caso. “En realidad el caso Galileo nunca se ha dejado, ha estado siempre abierto, Juan Pablo II lo que quiso fue invitar a la Iglesia a hacer luz sobre este caso y sobretodo a invitar a toda la comunidad científica y a la Iglesia a remover los obstáculos del pasado”.

Monseñor Sánchez de Toca es coautor de un estudio que busca profundizar en los mitos de este episodio mostrado como contradicción entre ciencia y fe.

El cardenal Paupard explica los entresijos del caso. “El Papa Juan Pablo II tenía la preocupación por aclarar la imagen sobretodo negativa de la Iglesia en la opinión pública de frente a tantas personas que la consideraban enemiga de la ciencia…”. “Poco a poco al encargarme de la parte cultural, he entendido mejor como todo el tema había sido instrumentalizado, sobretodo a partir de la Ilustración como un arma de guerra en contra de la Iglesia…”. “… Juan Pablo II me había dicho que era muy importante reconocer en esta incómoda situación todos los errores sin importar quién los había cometido y así fue”.

Monseñor Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura y autor del prefacio de esta publicación explica: “El principio fundamental es conseguir, como Juan Pablo II decía, purificar el pasado y la memoria para remover también los errores que se pueden reconocer por parte de la comunidad eclesial y sobre esta base, ya libre de los problemas del pasado, poder construir un futuro diferente de diálogo, que es fundamental en nuestros días. Necesitamos un verdadero diálogo ante estos retos que en ocasiones se afrontan sólo en clave polémica”.

“Por otra parte, se requiere reconocer que Galileo de hoy en adelante puede convertirse en cambio en el llamamiento constante y continuo para un diálogo mejor y fecundo entre la ciencia y la fe, él mismo que ha sido víctima del mismo”.

Benedicto XVI recordó a Galileo en este año dedicado a la astronomía, tanto durante el Ángelus del pasado 21 de diciembre, fecha del solsticio de invierno, como en la solemnidad de la Epifanía del pasado 6 de enero, cuando habló de la estrella de los magos.

Written by Rafael De la Piedra