Turín; la visita del Papa volverá a dar fuerza y esperanza
El obispo Nosiglia: «un evento histórico»; mientras el pastor valdense subraya que se abren nuevos horizontes en ámbito ecuménico
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La visita de Papa en ocasión de la Ostensión de la Síndone «podrá volver a dar fuerza y esperanza a los que están decaídos y solos, y contribuir a que nuestro territorio se levante moral y socialmente». Lo dijo el arzobispo de Turín, Mons. Cesare Nosiglia, esperando que los encuentros del Pontífice con las franjas más débiles de la población «sean el signo fuerte del compromiso de la Iglesia y de todas la comunidad y de la ciudadanía para reforzar los vínculos de estrecha colaboración, ya en acto, en el ámbito del trabajo, de la lucha contra la pobreza, de la integración, de la acogida y del respeto de la dignidad de cada persona».
Durante la presentación de los servicios de acogida para los peregrinos enfermos y discapacitados, Nosiglia recordó el encuentro que el Pontífice tendrá con el mundo del trabajo, «que está pasando grandes dificultades. Será un momento muy fuerte –añadió– de diálogo, escucha y rico de esperanza». Nosiglia dijo que la visita del Papa al templo valdense será «un evento histórico», porque será «un momento de mutua escucha y de ecumenismo, que es el ejemplo concreto de la voluntad del Papa de lanzar puentes de amistad y de diálogo derribando los históricos muros que en el pasado impedían sentirnos hermanos».
Por su parte, el pastor de la Iglesia valdense de Turín, Paolo Ribet, definió la decisión de Francisco de visitar su templo como «una apertura de puertas de ambas partes, puertas que queremos que no se cierren nunca más». Son las palabras de Roberto Ribet, pastor de la Iglesia valdense turinesa, que también participó en la presentación de los servicios de acogida para los peregrinos enfermos y discapacitados que llegarán a la ciudad para la Ostensión de la Síndone.
«Es hermoso –dijo– que en un programa tan lleno como el de los dos días en Turín, el Papa haya encontrado el deseo de reunirse con “el otro”, respondiendo a una invitación fraternal que le habíamos dirigido durante nuestro Dínodo. Es cierto que su visita es un hecho histórico, que abre nuevos horizontes –prosiguió–, pero me sorprendió hasta cierto punto, porque forma parte del estilo y de la espiritualidad de Papa Francisco, y nosotros queremos acogerlo con la misma espiritualidad». Ribet concluyó diciendo que «viviremos con alegre sobriedad este encuentro, pero también con la mirada en lo que vendrá después, orgullosos de poder ser los que, de alguna manera, abren las puertas a un hermano».
