LOGO

¿Tiene sentido tener fe hoy en día?
¿Dónde encontrar las respuestas a nuestras inquietudes más profundas?
¿Cuáles son las razones para creer?

El quinto café IMG-20200509-WA0046 Full view

El quinto café

Me tomo el quinto café de la mañana, después de haber hablado con un amigo en Arequipa que trabaja en un cementerio, un antropólogo de Italia que ha compartido su experiencia del confinamiento obligatorio en Facebook y con un héroe anónimo que trabaja en un centro de salud mental en el cercado de Lima. Una amiga me escribe acerca de un trabajo que ha terminado y, con sinceridad, le agradezco porque ha trabajado horas extras que nunca le serán reconocidas. Un gigante de la caridad, que reparte semanalmente comida para unas 600 personas, me escribe contándome sus penurias y preocupaciones, pero diciéndome que Dios nunca lo abandona.

Y me veo absolutamente sobrepasado de noticias, reflexiones, soluciones mágicas, quejas, diagnósticos, encuentros místicos y profecías apocalípticas. ¿Qué nos va quedando de todo esto que estamos viviendo? De verdad son muchas cosas y de las más variadas. Momentos de euforia, de calma, de ansiedad, de esperanza, de reflexión, de miedo, de madurez, de infantilismos, de amor y de locuras.

Creo que en general ha ido aumentado la conciencia de quiénes somos. Mas, aún, creo que nos vamos dando cuenta en qué cosas tenemos puestas nuestro corazón. Qué cosas son importantes y qué cosas son inútiles. Por qué vale la pena luchar y por qué no. Vamos descubriendo fortalezas y debilidades, así como habilidades y dones que antes habían estado ocultos. Nos maravillamos de las capacidades que van saliendo a flote o del manejo que tenemos de ciertas situaciones totalmente insospechadas.

Un amigo que decía que nunca había cocinado frejoles me dijo que le habían salido muy ricos. Otro me confesaba que cada día amaba más a su esposa y a sus hijos; y que le encanta estar con ellos. Hasta uno que estaba feliz cuidando sus plantas. Son simplicidades y hasta diría cotidianidades; pero de esas cosas te vas llenando la vida.

Sin duda, debemos haber leído mucho acerca de aquellas personas que están al frente de la lucha que nosotros no estamos dando; pero creo, sinceramente, que todos hacemos parte de esta batalla. Cada uno es importante y cada uno tiene una parte fundamental. Desde el aliento que das a tu amigo que ya está desesperado por salir, hasta el tiempo que pierdes en el Zoom de tus amigos del colegio. Todo suma y talvez tú seas la única persona que le lleve algo de esperanza al otro. Quizás tú seas la única luz que el otro tenga. Y así, aprendamos a ayudar en silencio y anónimamente. Gilbert Keith Chesterton decía que: “La mediocridad, posiblemente, consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta”.  Y todos tenemos una oportunidad única en esta situación única e irrepetible.

Hay algunas frases que me han ayudado mucho en este tiempo y es que cada día tiene su propio afán. Que cada día uno aprende algo y que cuando creamos que sabemos todo; ese día comenzamos a morir. Que de verdad somos dueños de nada y que esa conciencia nos hace vulnerables, pero, al mismo tiempo, libres. Leí hace poco que “Si quieres que Dios se sonría, cuéntale tus planes”. Dueños de nada, pero señores de todo. Nunca minusvaloremos lo poco que podamos hacer por alguien y no tengamos miedo de dar la mano al que lo necesita.  Recordemos lo que el maestro bueno nos dijo un día: “Lo que hayan hecho a uno solo de éstos mis hermanos menores, a mí me lo hicieron”.

Rafael Guillermo de la Piedra Seminario

Written by Rafael De la Piedra