Obra de teatro argentina ataca sentimentos religiosos de católicos en Francia
‘Gólgota Picnic‘, la obra de teatro del argentino Rodrigo García programada por el teatro Garonne en la ciudad francesa de Toulouse, no pasa desapercibida. Desde su estreno el pasado miércoles y durante cinco días, grupos de católicos han manifestado y rezado cada noche delante del teatro para denunciarla. Con esta obra, el autor argentino presenta una visión provocadora de los Evangelios que se concluye con ‘Las siete últimas palabras de Cristo en la Cruz’, de Joseph Haydn, tocadas en el piano por un hombre desnudo.
Grupos católicos pidieron que que se prohibiera «Gólgota Picnic» que entre otras cosas describe a Dios como «el mesías del SIDA». Ciertamente es una obra claramente provocativa y blasfema.
El director del teatro,Jacky Ohayon, defendió la obra de García diciendo que: «El espectáculo puede sorprender, pero no a los católicos, sino al público en general, y es una de las funciones del arte». «Algunas obras se entienden con cierta dificultad. Es el problema del arte contemporáneo».
La movilización en contra de la obra reunió de manera pacífica numerosas personas, familias y eclesiásticos que querían poner fin a esta insultante obra de teatro. Se agruparon detrás de una banderola que decía: «Francia es un país cristiano y así tiene que ser». «Hay que dejar de insultar a los católicos», dijo Alain Escada, el secretario general del Instituto Civitas, el grupo que convocó las protestas.
Por su parte el teatro Garonne declaró en un comunicado en internet: «La situación inédita que vivimos hoy plantea el problema de la libertad de expresión en nuestra sociedad».
Cuarenta organizaciones de defensa de los derechos humanos y partidos de izquierda se movilizaron para oponerse a los católicos. Paradójicamente la gran mayoría de ellos no habían visto la obra, pero querían defender la libertad de expresión. «Queremos estar presentes para que el público pueda disfrutar de la obra que ha elegido», explicó Jean-François Mignard, miembro de la Liga francesa de los derechos humanos. A pesar de la polémica desatada, las representaciones de ‘Gólgota Picnic’ en Toulouse tuvieron lugar sin mayores disturbios.
Por su parte, Rodrigo García no quiso manifestarse acerca de los eventos. Prefirió expresarse en el escenario. Al empezar la obra, el público pudo leer una frase de su autor, en una pantalla: «Me da vergüenza presentar una obra de teatro protegida por medidas de seguridad».
Sin embargo ¿cuál sería la posición del autor o del director del teatro si es que se ofendiesen los sentimientos religiosos de los hermanos musulmanes? ¿Seguiría adelante con las presentaciones del teatro tan libremente? Finalmente ¿cuyál es el sentido de ofender de manera tan grotesca las creencias religiosas católicas y cristianas? Bajo el paraguas de una supuesta «libertad de expresión» ¿se puede manifestar obras que claremente ofenden las creencias religiosas? ¿La libertad de expresión tiene un límite moral?
