Paquistán; la muerte horrible del huérfano cristiano
Después del caso de la niña con síndrome de down, la muerte de un niño de 14 años. La comunidad cristiana se encuentra en estado de shock
DE: MAURO PIANTA
ROMA
Aumenta el miedo entre los cristianos de Paquistán. Después de la niña de once años con síndrome de down arrestada con el cargo de “blasfemia”, ahora el caso de otro menor de religión cristiana vuelve a sacudir al país.
El 21 de agosto, como indica la agencia misionera AsiaNews, la policía de Faisalabad encontró en un lugar aislado el cadáver horriblemente mutilado de Suneel Masih, de catorce años, huérfano cristiano originario de la ciudad que había desaparecido dos días antes. Lo que es cierto, desgraciadamente, es que el cuerpo fue encontrado sin orejas, nariz ni lengua, con los miembros arrancados del cuerpo, con el vientre abierto y sin órganos (hígado y riñones), que fueron extraídos para, tal vez, ser vendidos en el mercado negro. Pero aún hay más. El asesino, con el objetivo de hacer que no se pudiera inentificar su identidad, derramó ácido en su rostro.
Ayer se llevaron a cabo los funerales del niño, con la presencia de los líderes de la minoría y algunos políticos locales. Por las calles de Faisalabad hubo marcha de protesta durante la que la gente pidió “justicia”. Los investigadores del caso, según lo que indica Asia News, no han puesto en marcha las pesquisas.
Pero, ¿qué es lo que sucedió? ¿Por qué una muerte de esta crueldad? Según lo que indicaron algunos testigos, el 19 de agosto Suneel fue a una tienda del Liberty Market para comprar una camiseta. Esa misma tarde, el chico no volvió a su casa y la familia dio la alarma. Una búsqueda desesperada, que se reveló infructífera y a la que siguió una denuncia ante la policía. Dos días después, el 21 de agosto, los agentes encontraron en una zona industrial aislada el cadáver del chico, mutilado cruelmente.
Para la comunidad cristiana se trata del enésimo, terrible, shock. El padre Nisar Barkat, director diocesano de la Comisión nacional de Justicia y Paz de la Iglesia católica paquistaní (Ncjp), pidió al gobierno y a las fuerzas de seguridad que entreguen a los culpables “lo antes posible” a la justicia. La comunidad cristiana, añade el sacerdote, se sienteinsegura y no deja de pensar en este caso terrible.
Hindúes y cristianos “viven presos del miedo”. También el diputado cristiano de Punjab, Joel Aamir Sohotra, indicó que “este brutal homicidio obliga a una seria reflexión sobre las libertades de las que gozan las minorías”, porque, “no estamos solo ante el asesinato de un chico cristiano, sino ante el asesinato de la libertad de todas las minorías”.
Ahora, entre los cristianos, hay algunos que comienzan a pensar que ha llegado el momento de grandes manifestaciones de masa.
